Aviación y Cine (XVIII): El Viento se Levanta

Horikoshi y uno de los primeros prototipos del caza embarcado Mitsubishi A5M, antecesor del Zero (www.rtve.es).

Antes de ver por primera vez «El Viento se Levanta», el imaginativo biopic ideado por Hayao Miyazaki y su afamado Studio Ghibli sobre el diseñador aeronáutico japonés Jiro Horikoshi, creador de uno de los aviones inmortales de la Historia de la Aviación, el MItsubishi A6M Zero, estaba intrigado por saber como un autor declaradamente pacifista como él iba a integrarlo en aquellos tiempos tan difíciles (y llenos aún de controversias) como fueron los años treinta y cuarenta en Japón. Es complicado encarrilar una historia de rechazo al belicismo y a la vez tratar de mostrar ese innegociable orgullo por una creación aeronáutica que durante un tiempo superaba a cualquier diseño occidental. Todo ello supone un difícil equilibrio, aunque sea en una película de animación.Sin embargo ese equilibrio se consigue, porque lo que el autor realza en todo momento es el idealismo de los protagonistas. No en vano vuelve a notarse que detrás de este proyecto se encuentra el exitoso y ya mencionado director de animación Miyazaki, un declarado enamorado de la Historia de la Aviación. Aquí, en su duodécima obra de animación, reflejará con gran mimo el perfil de alguien que evidentemente es un mito de la aeronáutica, en el mundo, pero sobre todo y ante todo, en Japón. Continue reading

El primer azote de Fokker: Eindecker

Max Immelmann, "Der Adler von Lille (El Águila de Lille)", a bordo de su primer Eindecker, el 13/15. Obsérvesen los restos de pólvora bajo la ametralladora Spandau. Immelmann consiguió 17 derribos con el monoplano de Fokker, hasta su muerte el 18 de junio de 1916. Es considerado el primer as alemán.

Max Immelmann, «Der Adler von Lille (El Águila de Lille)», a bordo de su primer Eindecker, el 13/15. Obsérvesen los restos de pólvora bajo la ametralladora Spandau. Immelmann consiguió 17 derribos con el monoplano de Fokker, hasta su muerte el 18 de junio de 1916. Es considerado el primer as alemán.

Si observamos las fotografías de la época, nos sorprendemos de que este frágil monoplano aterrorizara a los aviadores aliados de forma tal, que fuera bautizado como scourge (azote). Realmente, en esta ocasión no estamos hablando de un avión intrínsecamente excepcional, pero su revolucionario armamento (concretamente, el sistema instalado para hacer uso de él), le hizo a este avión ganar para Alemania la supremacía aérea durante varios meses en la Primera Guerra Mundial, y crear nuevos conceptos para la guerra en el aire, hasta aquel momento un libro en blanco. El estallido de las hostilidades, en agosto de 1914, sorprendió a la aviación en plena fase de desarrollo. Solo habían pasado once años desde que los hermanos Wright hubieran protagonizado el primer vuelo de la historia con su icónico Flyer y, realmente, a los aviones aún no se le había dado el valor militar que en solo unos meses recibiría. El que más rápidamente comprendiera las capacidades de los mismos podría alcanzar una supremacía absoluta sobre el enemigo. Continue reading

Leviatanes Rusos (V): Kalinin K-7

Tripulación de pruebas y equipo de diseño posan junto al gigantesco prototipo del Kalinin K-7 construído, en 1933. Obsérvese el grueso perfil alar.

Tripulación de pruebas y equipo de diseño posan junto al gigantesco prototipo del Kalinin K-7 construido, en 1933. Obsérvese el grueso perfil alar.

Retomando la serie especial de los mastodontes aéreos diseñados en Rusia a lo largo de los más de cien años de la Historia de la Aviación, vamos en esta ocasión a recordar un extraña máquina voladora que, si bien nunca llegó a entrar en servicio, es probablemente uno de los diseños más controvertidos y arriesgados. Un gigantesco bombardero pesado, que, como otros muchos proyectos de la Historia, nació demasiado inmaduro, o los que lo hicieron nacer fueron demasiado ambiciosos. Se trata del Kalinin K-7.

Continue reading

Corazón español: los motores Hispano Suiza de aviación en la Primera Guerra Mundial

El mítico as francés Georges Guynemer fue uno de los primeros pilotos que operó el caza SPAD S.VII. En sus manos, se convirtió en un arma temible, en parte gracias a su propulsor Hispano Suiza (fuente: www.ville-dunkerque.fr)

El mítico as francés Georges Guynemer fue uno de los primeros pilotos que operó el caza SPAD S.VII. En sus manos, se convirtió en un arma temible, en gran parte gracias a su propulsor Hispano Suiza (www.ville-dunkerque.fr)

No somos los españoles, con gloriosas excepciones, muy dados a recordar con orgullo nuestros momentos de éxito colectivo (no valen los Títulos de fútbol y baloncesto, Copas Davis y Mundiales de Motociclismo). Desgraciadamente, puede que sea porque se nos ha vendido un pasado histórico de más sombras que luces, muchas veces a causa de la propaganda antiespañola, que nos ha bombardeado con todo un rosario de tópicos. Lo peor es que la mayoría de las veces pocas voces españolas han salido para contrarrestar con hechos esa información. Como si tuviéramos que pedir perdón por haber sido una nación poderosa, llena de hitos gloriosos y argumentos para ser considerada uno de los puntales de la cultura y la ciencia universales. En parte es algo que va arraigado en lo hispano: el no tener punto intermedio. De la cima a la sima en un solo paso…

Creo que en el campo de la tecnología eso se hace aún más patente. Imaginamos a una España de hace cien años incapaz de crear, de idear y de exportar tecnología, mientras las potencias europeas avanzaban a toda velocidad hacia el progreso. Ciertamente, nuestro país siempre ha estado lleno de luces y sombras, quien lo va a negar. Pero también hay que valorar con mucho nuestras aportaciones, que son mucho más importantes de lo que la gente cree. Humildemente vamos a recordar en estas líneas una de ellas, ni más ni menos que el centenario del primer vuelo de uno de los mejores motores (si no el mejor) que llevó la aviación militar aliada durante la Primera Guerra Mundial: el Hispano Suiza V8. Continue reading

Tablada 1910: Más de un siglo como testigo de la aviación española en Sevilla

Jan Jan Olieslagers volando con su Bleriot XI en Tablada mientras es aclamado entre el gentío (Archivo Juan Antonio Guerrero Misa)

Jan Olieslagers volando con su Bleriot XI en Tablada mientras es aclamado entre el gentío (Archivo Juan Antonio Guerrero Misa)

Ahora que en estos días de celebración religiosa, de mezcla de fiesta de los sentidos y pura devoción cristiana, en cantidades variables según cada uno, y que no es ni más ni menos que la Semana Santa de Sevilla, se mira tanto al cielo, sea para pedir favores y ayuda, solicitar consuelo o dar gracias por lo recibido, a las imágenes de las cofradías que hacen su Estación de Penitencia a la Catedral, no estaría de más recordar una importantísima efeméride producida en los cielos de esta ciudad de la que el pasado 28 de marzo se cumplieron 105 años. Siglo y lustro del primer vuelo efectuado en Sevilla (y en toda Andalucía) en la que años más tarde se convertirá en base aérea de Tablada. Continue reading

Aterrizar en un barco: Eugene Ely y su Curtiss Pusher en el primer apontaje de la historia

Eugene Ely y su Curtiss entran en la historia aterrizando en la cubierta del crucero norteamericano USS Pennsylvania

Eugene Ely y su Curtiss entran en la historia aterrizando en la cubierta del crucero norteamericano USS Pennsylvania, en la bahía de San Francisco

Seguramente ninguno de los protagonistas de la hazaña se dio cuenta en aquel momento de que iban a revolucionar no solo la historia de la aviación, sino también las reglas del juego de la Guerra en el Mar y casi, de los conflictos venideros. El pasado 18 de enero se cumplieron 114 años del primer aterrizaje de un avión en un buque. Lo que surgió de una aventura, un reto, y una demostración de la valía de aquellas frágiles máquinas de madera y tela, diseñadas y pilotadas por valientes y entusiastas pioneros de la aviación, pasó a abrir un nuevo campo en la ingeniería naval, y en menos de una década después, empezaban a surgir en las mejores marinas del mundo la nave que se convirtió en capital del poder naval: el portaaviones.

Un día como aquel pero del ya lejano 1911, el joven piloto Eugene Burton Ely subió a la rudimentaria cabina de su frágil Curtiss Model D (o Curtiss Pusher), un biplano con hélice impulsora y 40 hp de potencia en el Hipódromo de Tanforan, adaptado como improvisado aeródromo y situado en la península de San Francisco, en California. En la toldilla del crucero acorazado USS Pennsylvania (ACR-4), anclado en la bahía, se había dispuesto una plataforma de 30 metros de longitud y 10 de ancho, atravesada de banda a banda por 22 tensores sujetos por sacos de arena. Ely había dispuesto tres ganchos en el tren de aterrizaje triciclo de su avión, con el fin de ir enganchándose a los tensores y detener el Curtiss al final de la plataforma. Por último, en caso de que todo fallara, se había dispuesto un grueso toldo para frenar. El Pusher despegó y se aproximó por la popa al crucero, con una velocidad de aproximación de sesenta kilómetros por hora, algo por encima de lo calculado debido al viento de cola. Ely vira y corta los gases. El biplano tocó en la plataforma y enganchó en el duodécimo retén, quedando detenido completamente 25 metros después. ¡Era la primera vez que un avión aterrizaba en un barco!

Continue reading