Aviación y Cine (XVIII): El Viento se Levanta

Horikoshi y uno de los primeros prototipos del caza embarcado Mitsubishi A5M, antecesor del Zero (www.rtve.es).

Antes de ver por primera vez «El Viento se Levanta», el imaginativo biopic ideado por Hayao Miyazaki y su afamado Studio Ghibli sobre el diseñador aeronáutico japonés Jiro Horikoshi, creador de uno de los aviones inmortales de la Historia de la Aviación, el MItsubishi A6M Zero, estaba intrigado por saber como un autor declaradamente pacifista como él iba a integrarlo en aquellos tiempos tan difíciles (y llenos aún de controversias) como fueron los años treinta y cuarenta en Japón. Es complicado encarrilar una historia de rechazo al belicismo y a la vez tratar de mostrar ese innegociable orgullo por una creación aeronáutica que durante un tiempo superaba a cualquier diseño occidental. Todo ello supone un difícil equilibrio, aunque sea en una película de animación.Sin embargo ese equilibrio se consigue, porque lo que el autor realza en todo momento es el idealismo de los protagonistas. No en vano vuelve a notarse que detrás de este proyecto se encuentra el exitoso y ya mencionado director de animación Miyazaki, un declarado enamorado de la Historia de la Aviación. Aquí, en su duodécima obra de animación, reflejará con gran mimo el perfil de alguien que evidentemente es un mito de la aeronáutica, en el mundo, pero sobre todo y ante todo, en Japón. Continue reading

El día en que Nell y Betty humillaron a la Royal Navy: El hundimiento de la Fuerza Z y los bombarderos Mitsubishi G3M y G4M

Recreación de uno de los G4M1 lanzando un torpedos contra uno de los buques de la Fuerza Z

Hermosa recreación pictórica de la batalla, en la que uno de los Mitsubishi G4M1 lanza un torpedo Tipo 91 contra uno de los buques de la Fuerza Z

Es casi seguro que fue el año de 1941 el peor de todos los vividos por la Armada Británica durante la Segunda Guerra Mundial, y posiblemente comparable a los dramáticos meses de 1805, antes de la gran Batalla de Trafalgar. En Mayo, los británicos habían perdido en el Atlántico Norte al gran crucero de batalla HMS Hood, hundido por los certeros proyectiles del poderoso acorazado alemán Bismarck, y submarinos alemanes  habían torpedeado y hundido en el Mediterráneo al portaaviones HMS Ark Royal y al acorazado HMS Barham, éste último con gran pérdida de vidas. Pero en el último mes de aquel año, la siempre orgullosa Royal Navy iba a sufrir un durísimo golpe por parte de la armada japonesa, aunque esta vez, no desde donde pensaban encontrarse a sus enemigos naturales en el mar, sino desde un nuevo rival mucho más agresivo y letal…

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