Aviación y Cine (XVIII): El Viento se Levanta

Horikoshi y uno de los primeros prototipos del caza embarcado Mitsubishi A5M, antecesor del Zero (www.rtve.es).

Antes de ver por primera vez «El Viento se Levanta», el imaginativo biopic ideado por Hayao Miyazaki y su afamado Studio Ghibli sobre el diseñador aeronáutico japonés Jiro Horikoshi, creador de uno de los aviones inmortales de la Historia de la Aviación, el MItsubishi A6M Zero, estaba intrigado por saber como un autor declaradamente pacifista como él iba a integrarlo en aquellos tiempos tan difíciles (y llenos aún de controversias) como fueron los años treinta y cuarenta en Japón. Es complicado encarrilar una historia de rechazo al belicismo y a la vez tratar de mostrar ese innegociable orgullo por una creación aeronáutica que durante un tiempo superaba a cualquier diseño occidental. Todo ello supone un difícil equilibrio, aunque sea en una película de animación.Sin embargo ese equilibrio se consigue, porque lo que el autor realza en todo momento es el idealismo de los protagonistas. No en vano vuelve a notarse que detrás de este proyecto se encuentra el exitoso y ya mencionado director de animación Miyazaki, un declarado enamorado de la Historia de la Aviación. Aquí, en su duodécima obra de animación, reflejará con gran mimo el perfil de alguien que evidentemente es un mito de la aeronáutica, en el mundo, pero sobre todo y ante todo, en Japón.

Jiro Horikoshi (centro), con su equipo de diseño en las instalaciones de Mitsubishi, en julio de 1937 (https://gendai.ismedia.jp/articles)

Jiro Horikoshi (centro), con su equipo de diseño en las instalaciones de Mitsubishi, en julio de 1937 (https://gendai.ismedia.jp).

Porque lo que declara Horikoshi es que sólo quiere diseñar aviones hermosos, ya desde el primer momento. Así, arrancando de su infancia y primera adolescencia, Jiro Horikoshi siente un gran amor por la aviación, descubriendo en sus sueños en que su futuro será convertirse en ingeniero aeronáutico capaz de diseñar aviones hermosos y capaces. pero mientras la realidad lo muestra como un muchacho que devora la lectura de las revistas prestigiosas de aviación procedentes del mundo aeronáutico del final de la Gran Guerra, esos sueños que irán jalonando su vida y se convertirán en un reflejo de su trayectoria personal y profesional, mostrando al espectador las únicas características de un diseñador que revolucionó el mundo de la aviación, pero también el horizonte lleno de nubes de la propia historia del Japón, abocada a una catástrofe vital.

Miyazaki, en cualquier caso, estructura datos biográficos del ingeniero real con otras licencias reales de los años veinte y treinta, para tejer una historia llena de sensibilidad. Ante todo, se inspira en la obra del poeta Tatsuo Hori, que entre 1936 y 1937 escribe Kaze Tachinu, que refleja la historia real de su prometida, muerta de tuberculosis. Esta es una de las licencias de Miyazaki. Porque, paralelamente, con ese giro de vincular realidad con los sueños, el director puede jugar con los tiempos y las inspiraciones.

Jiro Horikoshi y el también ingeniero y diseñador Kiro Honjo, aquí mostrados como amigos en la película, licencia del autor, ante el prototipo del bombardero de la Armada Mitsubishi G3M, utilizado en la guerra chino-japonesa desde 1937 (laislademinervaonline.com).

Jiro Horikoshi y el también ingeniero y diseñador Kiro Honjo, aquí mostrados como amigos en la película, licencia del autor, ante el prototipo del bombardero de la Armada Mitsubishi G3M, utilizado en la guerra chino-japonesa desde 1937 (laislademinervaonline.com).

Desde el principio, Horikoshi mantendrá una estrecha amistad en ese plano del subconsciente con un gran diseñador de la década anterior, Gianni Caproni, que construyó fiables y versátiles bombarderos para el Ejército Italiano durante la Primera Guerra Mundial y también aviones de transporte para el nuevo mundo civil de los felices veinte. Caproni y Horikoshi interactúan en sueños comunes, aunque físicamente no se vieran nunca. Su significado quizá esté en que ambos fueron mas allá en sus ideas de lo que podría ser la aviación del futuro. Es revelador que Caproni le inste a dar lo mejor de sí en la siguiente década. No en vano, las palabras vuelo transatlántico son dichas por él aunque sus revolucionarias ideas no se vieran respaldadas en el plano técnico, ya que el gigantesco Ca.60 Transaero de 1921 fue un fracaso. Un enorme eneaplano (tres grupos de tres alas), concebido para transportar cien personas en un proyecto transatlántico que, en su primer y único vuelo de prueba, quedó destrozado. Sin embargo, y como le dice Caproni al joven Horikoshi, lo importante es la inspiración, porque la tecnología vendrá después.

El ingeniero italiano Gianni Caproni, diseñador de bombarderos y aviones de transporte y Horikoshi, juntos merced a uno de de los sueños de este último (www.blisstopic.com).

El ingeniero italiano Gianni Caproni, diseñador de bombarderos y aviones de transporte y Horikoshi, juntos merced a uno de de los sueños de este último (www.blisstopic.com).

Es sorprendente comprobar como Miyazaki juega siempre con los símbolos en toda su filmografía, y aquí no podía ser menos. La imaginaria esposa de Horikoshi, Nahoko Satomi, podría representar muy bien a la propia nación japonesa. Enferma irreversiblemente, como en la obra de Hori antes mencionada, de tuberculosis (una enfermedad muy común en la sociedad nipona de preguerra), regresa al sanatorio donde fallece en el mismo instante (tal como el propio Horikoshi percibe, ausente, mientras es felicitado jubilosamente por ingenieros y militares) porque el prototipo del caza Mitsubishi A5M (el modelo que antecede al A6M) ha efectuado satisfactoriamente su primer vuelo, superando las expectativas depositadas en él. No es casualidad que esos momentos de cercanía ante el fatal desenlace que se espera suceda de un momento a otro, el metraje muestre cerezos en flor, que ejemplifican alegóricamente lo efímero de la vida y el instante de la belleza suprema irrepetible pero perfecta. También representa, y más en aquel tiempo, el orgullo nacional y la aceptación del sacrificio ante el emperador. No en vano, y con total crudeza, el plano cambia, sin solución de continuidad, a uno de Tokio envuelto en llamas y sobrevolado por las Superfortalezas B-29. Es eso en lo que se resume lo que ha conllevado esa voluntad de sacrificio del pueblo japonés. Una tragedia humana incalificable. Tampoco es casualidad que se haya establecido el contacto entre Horikoshi y Satomi justamente durante el terrible Terremoto de Kanto de 1923. Otra hecatombe para el sufrido pueblo japonés, veintidós años antes.

El cenit del diseño aeronáutico de Horikoshi: el Mistsubishi A6M Zero. En esta versión A6M5b, aparecida en 1944, se observa el diseño limpio y aerodinámico, el carenado de su motor en doble estrella, la cabina acristalada para proporcionar una visibilidad total y los conductos de eyección de gases para mejorar el empuje (William Green).

El cenit del diseño aeronáutico de Horikoshi: el Mistsubishi A6M Zero. En esta versión A6M5b, aparecida en 1944, se observa el diseño limpio y aerodinámico, el carenado de su motor en doble estrella, la cabina acristalada para proporcionar una visibilidad total y los conductos de eyección de gases para mejorar el empuje (William Green).

Paralelamente, hay detalles que se muestran de forma tamizada de lo que supusieron aquellos años para una sociedad como la nipona. Hay conversaciones entre los protagonistas y escenas que lo muestran claramente, con el constante elemento comparativo explícito entre la pobreza de la sociedad nipona y la capacidad tecnológica occidental en general y germana en particular, algo mostrado en la visita de la delegación tecnológica japonesa a las instalaciones de Junkers en Dessau y la constatación de las posibilidades del gran cuatrimotor de transporte G.38 junto al replantemiento ético de si ese gasto es justificable para el empobrecido pueblo japonés en un significativo diálogo entre Horikoshi y su amigo, el también ingeniero Kiro Honjo, padre de los bimotores de bombardeo de la Armada Japonesa Mitsubishi G3M y G4M. También la opresiva vigilancia del cada vez más agresivo gobierno militarista, en medio de un panorama político cada vez más sombrío. Pero de todas estas superposiciones de símiles me quedo con el del propio traslado de las aeronaves a la pista de pruebas antes de su primer vuelo, efectuado por medio de pesados bueyes, que simbolizan el encuentro entre lo nuevo y lo ancestral, tal como solo el Japón puede mostrarlo, pero que también es la muestra real y alegórica de lo que puede ofrecer un país pobre como aquel en aquella época, decidido a enfrascarse en un crecimiento de su tecnología aeronáutica mientras la pobreza de sus ciudadanos contrastaba con la de sus aliados occidentales.

En definitiva una película sin historia feliz. Casi diría, aunque lo parezca, que sin historia de amor. Pero es una historia de la búsqueda de la felicidad. No en vano el título se inspira en un fragmento del poema de Paul Valéry El Cementerio Marino (1920):

¡El viento se levanta!… ¡Hay que intentar vivir!
Abre y cierra mi libro el aire inmenso,
La ola en polvo osa batir las rocas.
¡Volad, volad,  páginas deslumbradas!
¡Romped, olas! ¡Romped aguas exaltadas
Este techo tranquilo que los foques picotean!

Especificaciones Mitsubishi A5M4 Tipo 96 Modelo 24 (Claude):

  • Origen: Mitsubishi Jukogyo K.K.
  • Planta motriz: Un motor radial de 9 cilindros en estrella Nakajima Kotobuki 41, refrigerado por aire, de 710 hp al despegue.
  • Dimensiones: Envergadura: 11 m. Longitud: 7,55 m. Altura: 3,20 m.
  • Pesos: Vacío: 1.216 kg. Máximo al despegue: 1.706 kg.
  • Prestaciones: Velocidad Máxima (nunca excedida): 450 km/h a 3.200 metros. Régimen de Ascenso: 14,1 m/s. Techo de servicio: 9.800 m. Alcance Máximo: 1.200 km.
  • Armamento: Dos ametralladoras Type 89 de 7,7 mm. Soportes subalares para dos bombas de 30 kg.
  • Tripulación: 1.

Bibliografía consultada:

Angelucci, E.; Matricardi, P. (1979). Aviones de todo el mundo. Tomo IV: La Segunda Guerra Mundial (II parte). Madrid: Espasa-Calpe.

Benzon, B. (2015): Horikoshi’s Wife: Affective Binding and Grief in The Wind Rises. Recuperado de: http://new-savanna.blogspot.com/2015/11/horikoshis-wife-affective-binding-and.html

Caidin, M. (1975). Cero. Un caza famoso. Madrid: San Martín.

Stille, M. (2005). Imperial Japanese Navy Aircraft Carriers 1921-1945. Oxford: Osprey Publishing.

VV.AA. (1992). Crónica de la aviación. Barcelona: Plaza & Janés.

VV.AA. (1986). Guía ilustrada de cazas y aviones de ataque italianos y japoneses de la Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Ediciones Orbis.

 

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One thought on “Aviación y Cine (XVIII): El Viento se Levanta

  1. Es difícil hacer una película de dibujos animados sobre un ingeniero de aviones en medio de años convulsos, por mera definición. Por eso, en mi opinión, el autor dijo: «vean esta película, porque es la última y me retiro».

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