Curtiss C-46 Commando: Triunfo en la Sombra

Con setenta años a sus espaldas, este Curtiss C-46 Commando de Buffalo Airways reposa listo para otra jornada de trabajo en las Tierras del Noroeste canadiense. La garza de Lufthansa permanece de los tiempos en que operaba con la aerolínea germana, medio siglo atrás.

Con setenta años a sus espaldas, este Curtiss C-46 Commando de Buffalo Airways reposa listo para otra jornada de trabajo en las Tierras del Noroeste canadiense. La garza de Lufthansa permanece de los tiempos en que operaba con la aerolínea germana, medio siglo atrás.

Hubo un tiempo en que la televisión que me tuvo enganchado mucho tiempo a los canales de documentales. Verdaderamente es un fenómeno social la proliferación de realities que versan sobre cualquier tema, a cual más descabellado. Que si unos zumbados que hacen acuarios, mientras otro tipo que se dedica a devorar platos gigantes de comidas, otros que se llevan coches embargados por la fuerza, o revientan trasteros, por no decir las casas de empeño (sinceramente, seguir a la familia de Las Vegas es más aprovechable que a los matones de Detroit). Yo me quedo, evidentemente con los realities que tengan un mínimo de credibilidad, como los camioneros en el hielo, mecánicos británicos que dejan como nuevos coches sensacionales y, sobre todo, de aviones. Digo esto porque hubo una serie de aviación que me encantaba (descartemos la magnífica Mayday Catástrofes Aéreas porque no se trata precisamente de un reality): Pilotos del Ártico (Ice Pilots NWT), que cuenta la historia del día a día de una aerolínea que opera en uno de los entornos más complicados y duros del mundo, como es el helado Noroeste del Canadá. Pero si es interesante el día a día de las operaciones de la aerolínea, es porque es a través de una flota de aviones cuya edad ronda los sesenta años como mínimo. Buffalo Airways, que es como se llama esta peculiar compañía cuenta con unos cincuenta aviones para efectuar servicios regulares de transporte de pasajeros o carga, incluyendo eternos bimotores Douglas DC-3, cuatrimotores Douglas DC-4 y algunos turbohélices Lockheed Electra. Auténticas leyendas de la aviación. Sin embargo, el que más me llamó la atención fue un bimotor de formas menos agraciadas que el eterno Dakota, aunque bastante más grande. El morro, visto de frente, asemeja un par de labios a punto de dar un beso al espectador. Curioso, sin duda. Verdaderamente oscurecido ante las mencionadas joyas de la aviación, es éste otro de los aviones que tuvieron la mala suerte de volar en la misma época que un avión archifamoso que oscureció la historia de cualquier rival. Hablamos del Curtiss C-46 CommandoContinue reading

Ayer y hoy: Libreas retro en la aviación comercial

Un Boeing 737-800 de la KLM aterriza suavemente en el aeropuerto de Schiphol con su librea retro (Fuente: Stefan Sonnenberg / Airliners.net)

Un Boeing 737-800 de la KLM aterriza suavemente en el aeropuerto de Schiphol con su librea retro (Fuente: Stefan Sonnenberg / Airliners.net)

No cabe la menor duda que la mejor imagen que una aerolínea comercial puede dar al cliente potencial o al usuario fiel ha cambiado mucho desde que el transporte aéreo pasó de ser una loca aventura a un sólido sector profesional, allá en los años 20. Actualmente, no basta con disponer de unas competitivas tarifas, una buena y moderna flota, un esmerado servicio a bordo o una tupida red de enlaces. El acceso a Internet, la disponibilidad en tiempo real, la facilidad ofrecida en el embarque o las ofertas del mercado son facetas que se han ido añadiendo al perfil de una aerolínea competitiva y que ha de mantener dinámica y ágil si quiere seguir siéndolo por bastante tiempo. Pero curiosamente, la mejor imagen de marca que lleva una aerolínea, antes y ahora. sigue siendo la imagen de sus propios aviones. Las libreas que los pájaros llevan son su mejor tarjeta de presentación en el aire y en tierra… Continue reading

El avión del Desastre de Munich: Airspeed A.S.57 Ambassador 2

Imagen del Airspeed destrozado mientras empieza a cubrirse por un manto de nieve (fuente: AP photo)

Imagen del Airspeed destrozado mientras empieza a cubrirse por un manto de nieve (fuente: AP photo)

6 de febrero de 1958. 15.04 horas. Un Airspeed Ambassador 2 de la compañía británica BEA intenta por tercera vez despegar de la helada pista del aeropuerto de Munich. En vuelo chárter procedente de Belgrado, lleva en su interior a uno de los mejores equipos de Europa en aquel momento: el Manchester United FC. El bimotor acelera y se eleva pero de pronto, incapaz de ganar más altura, se desploma y se estrella contra el suelo, llevándose una casa por delante. 23 personas mueren a consecuencia del terrible accidente: denominado como Desastre de Múnich, el fútbol y la aviación vuelven a  cruzarse trágicamente, como en la Tragedia de Superga nueve años antes. Si en Turín el desgraciado actor principal fue un Fiat G.212 italiano, esta vez, el protagonista iba a ser una aeroplano británico: el Airspeed A.S.57 Ambassador 2

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