Los aviones presidenciales de los Estados Unidos: Los otros «Air Force One»

Impresionante Imagen del Air Force One en el aeropuerto de Seattle (SEA), con el presidente Obama despidiéndose a pie de escalerilla, en una visita fechada Noviembre de 2013(Official White House Photo by Pete Souza)

Impresionante imagen del Air Force One en el aeropuerto de Seattle (SEA), con el presidente Obama despidiéndose a pie de escalerilla, en una visita fechada en noviembre de 2013 (Official White House. Photo by Pete Souza)

Leo en varias publicaciones electrónicas y de papel del mundo aeronáutico que el gobierno de Barack Obama pretende sustituir los dos aviones presidenciales de que dispone, los archifamosos Air Force One por nuevos aparatos más modernos. Hay que decir que, a priori, el término Air Force One se utiliza para describir a cualquier avión que lleve al Presidente de los Estados Unidos a bordo, pero, desde los años sesenta del pasado siglo, designa a los aviones específicos que se encargan de su transporte, actualmente los dos Boeing 747-200B (designación militar VC-25A) y numerados como 28000 y 29000.

Como no podría ser de otra manera, la Fuerza Aérea norteamericana, que es quien opera esta mimada flota, se ha decantado por la última versión del célebre Jumbo.  Continue reading

Airbus A350 XWB para el futuro de Iberia

Uno de los A330-300 recién incorporados a la flota de Iberia, despega de Madrid (fuente: Sergio Pérez Aguado / Airliner.net)

Uno de los A330-300 recién incorporados a la flota de Iberia, despega de Madrid (fuente: Sergio Pérez Aguado / Airliner.net)

Tras tantas noticias negativas e inquietantes acerca del futuro de la compañía de bandera española, Iberia, sumida en proceso de draconiana reestructuración, nos alegramos que el viernes se hiciera público que el grupo International Airlines Group (IAG), gestor y propietario de la aerolínea española, así como también de la británica British Airways, iba a asignar un lote de aviones Airbus o Boeing de largo recorrido para renovar su flota. Esa promesa iba a depender de que la otrora poderosa compañía hiciera bien sus deberes y cambiara radicalmente la trayectoria negativa de sus cuentas. Sin ello, IAG no daría luz verde a un segundo proceso de renovación de la empresa. Continue reading