
C.R.42bis (MM5701) tras aterrizar de emergencia en la playa de Orfordness, el 11 de noviembre de 1940.
Quizá una de las historias menos conocidas de la Batalla de Inglaterra sea la de la participación de unidades italianas junto a la Luftwaffe. También quizás sea uno de los casos más grotescos de la historia de los combates aéreos. Benito Mussolini, creyendo que Luftwaffe iba a obtener una nueva victoria sobre los aislados ingleses y su aviación, decidió participar con sus aviones en el momento calculado de la inminente derrota, y así exigir su parte del pastel, tal como había sucedido en Francia unos meses antes. Pero esta vez las cosas no salieron como se esperaba, y esta vez la Luftwaffe fue derrotada. Pero lo que está claro es que para la Regia Aeronáutica Italiana aquellas operaciones del otoño de 1940 supusieron un ridículo fracaso, que desgraciadamente se veía venir incluso por sus sufridas tripulaciones…

Fiat C.R.32 español. Elemento básico de la Caza nacional durante la Guerra Civil, es el antecesor del C.R.42. Fue construido bajo licencia en Sevilla por la Hispano Aviación (Fuente: www.ejercitodelaire.mde.es)
Como decimos, Italia había entrado a luchar junto a Alemania calculando el momento oportuno para hacerlo. El 22 de Mayo de 1939, ambos países firmaron en Berlín el Pacto de Acero en el que se sentaban las bases de un futuro apoyo mutuo en caso de guerra. Sin embargo, cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, Mussolini no ratificó dicho pacto aduciendo que aún no estaba preparada militarmente y no entró en la guerra al lado del III Reich. Sería hasta junio de 1940, con Francia derrotada, cuando Italia decidió entrar en el conflicto, pensando que el colapso de los aliados era casi un hecho.
Y el problema era que la excusa de esa falta de preparación era real. Italia cometió un gravísimo error entrando en la Segunda Guerra Mundial. A pesar de toda la teatralidad de las grandes paradas fascistas en Roma, de los espectaculares desfiles y las pomposas insignias, las Fuerzas Armadas italianas se encontraban en una situación muy deficiente. Su organización estaba obsoleta, el material anticuado y la moral muy baja. No vamos a extendernos en evaluar todo esto, pero lo real es que la aviación italiana calcaba también todos estos defectos. Esto último resulta aún más sorprendente si tenemos en cuenta la calidad de muchos productos aeronáuticos italianos durante los años 30, punteros en el diseño de aeroplanos y la fabricación de motores. Además, los italianos tenían una experiencia militar previa apoyada en los éxitos de la Aviazione Legionaria en los cielos de España durante nuestra Guerra Civil.

Fiat C.R.42 CN operando en el frente mediterráneo. Esta versión de ataque nocturno contaba con escapes provistos de apagallamas que aquí pueden observarse. (www.mauroantonellini.com)
Pero la aviación italiana cometió el error de confiar totalmente en conceptos erróneos y anticuados sobre el diseño aeronáutico. La decisión de imponer la maniobrabilidad en el vuelo a toda costa, incluso sacrificando la potencia de fuego o la velocidad tuvo consecuencias gravísimas. Ello explica el que la fórmula biplana continuara explotándose en Italia. Aunque por supuesto no significa que los ingenieros italianos fueran incapaces de construir buenos aviones monoplanos, totalmente metálicos, potentes y bien armados (Fiat G.55 Centauro, Macchi C.202 y 205, Reggiane 2005 Sagittario, etc). Pero no fueron producidos en número suficiente como para tener un significativo peso en la guerra. Y el avión más numeroso era nuestro protagonista: el Fiat C.R.42 Falco.
Partiendo de los Fiat C.R.32, el ingeniero de la Fiat, Celestino Rosatelli, diseñó un nuevo avión sesquiplano, repitiendo el sistema de montantes interplanos Warren (en forma de W) y construido en metal con revestimiento en aleación ligera. En esta ocasión se abandonó el motor lineal refrigerado por agua y se adoptó el motor radial Fiat A.74, capaz de entregar 840 Hp. La cabina de vuelo era abierta y el tren de aterrizaje fijo, con amortiguadores oleoneumáticos y carenajes. El armamento consistía en un par de ametralladoras Breda SAFAT de calibre 7.7 ó 12,7 mm. El resultado fue un avión de limpias líneas y muy maniobrero, pero obsoleto desde su nacimiento. Pensemos que en enero de 1939, fecha del primer vuelo del modelo definitivo, ya estaban en servicio en Europa el Hawker Hurricane y Supermarine Spitfire en la RAF, o el Messerschmitt Bf 109 en la Luftwaffe, todos monoplanos, con tren de aterrizaje escamoteable, con armamento más pesado y plantas motrices muchísimo más potentes. En cualquier caso, la producción alcanzó los 1.784 ejemplares, incluyendo versiones AS de ataque al suelo y CN (nocturnas). Incluso fue exportado a países como Bélgica, Suecia o Hungría.

Fiat C.R.42 de las Fuerzas Aéreas Suecas, allí renombrado como
J11. Obsérvense los montantes interplanos Warren (Fuente: www.ipmsstockholm.org )
Tras las escasas actividades contra la casi derrotada Francia en el sur del país, Italia no había tenido ninguna oportunidad de demostrar su potencial bélico ante su aliado. La participación de la Regia Aeronautica al final de la Batalla de Inglaterra fue visto como una necesidad política ante Alemania (y que no fue aceptada de buen grado por las unidades alemanas, poco confiadas en las capacidades de los aviones italianos), pero también fue considerada un buen método para elevar la moral de los latinos.
Así las cosas, se formó el Corpo Aereo Italiano (CAI) compuesto por tres Stormi: dos de bombardeo (13ºBT y 43ºBT, equipados con bimotores Fiat B.R.20M Cicogna) y el restante de caza (56ºCT, con aviones Fiat C.R.42bis y monoplanos Fiat G.50bis). Las unidades se establecieron en bases belgas (Melsbroeck, Chièvres y Ursel) e integradas en el 2º Fliegerkorps de la Luftwaffe. La fuerza total, incluyendo aviones de transporte, cooperación y enlace, superaba los 200 aparatos.

Fiat BR.20M 242-3 (MM22267). Este bimotor contaba con dos propulsores Fiat A.80 RC41 de 1.000 Hp, y una tripulación de cinco hombres (Antonio Poggi)
Se asignó al CAI los objetivos a lo largo de la costa entre el Támesis y Harwich. Pronto se comprobaron las graves carencias de los aviones y los aviadores italianos y las consecuencias bien caras se pagarían. La mayoría de los aparatos carecían de radio y la falta absoluta de instrucción y experiencia en las tripulaciones para el vuelo instrumental limitaba sólo las operaciones a patrullas diurnas y misiones de escolta de bombarderos.
Desde finales de octubre, los bombarderos italianos habían atacado de noche puertos de la costa oriental de Inglaterra. El 24 de aquel mes comenzaron las operaciones, cuando 18 B.R.20M atacaron Felixstowe y Harwich, estrellándose o quedando gravemente averiados cuatro de ellos. Y los resultados de los bombardeos fueron insignificantes. El 29 de octubre, los aviones italianos empezaron a volar de día, escoltando 39 cazas C.R.42 y G50 a una quincena de B.R.20M. Los aviones, pintados de alegres colores verde claro y azul brillante, fueron fácil blanco de la Artillería Antiaérea, resultando gravemente averiados cinco aviones.
El 11 de noviembre, veinte bombarderos Fiat B.R.20M escoltados por cuarenta C.R.42 atacaban a la RAF. En unos instantes, las dos escuadrillas de Hawker Hurricane enviados para interceptarlos derribaron tres bombarderos y tres cazas sin sufrir por ello ninguna baja. Las misiones que siguieron durante aquel frío invierno continuaron con la misma tónica. Los aviones italianos, a pesar de todos los esfuerzos, simplemente no eran rivales de los más rápidos y mejor armados monoplanos ingleses. Para enero de 1941, el Corpo Aereo Italiano fue enviado de nuevo a sus bases italianas, y posteriormente a las campañas de Yugoslavia, Grecia y Libia.
¿Qué decir de nuestro obsoleto protagonista? Los viejos C.R.42 entraron en combate a continuación en Grecia, y sobre el desierto de Libia. Allí fueron relegados cada vez más a misiones de ataque al suelo, utilizándose las versiones CR.42 AS (optimizada para actuar en el teatro norteafricano, con filtros de arena para el motor y afustes subalares para transportar dos bombas de 100 kg), y CN (versión de caza nocturna, con apagallamas en los escapes). Cada vez más diezmados, los supervivientes operaron contra Malta y, por último, en la misma península italiana como cazas de defensa aérea. Incluso tras el Armisticio italiano de 1943, algunos continuaron luchando al lado de la Luftwaffe hasta el mismo fin del conflicto.
Así acabó, con un final de opereta, la gran Batalla de Inglaterra. Para los alemanes supuso el primer revés militar en una fulgurante trayectoria, y para Inglaterra, aún en su victoria, el inicio de un largo y crudo invierno. Pero para Italia se mostraba con toda crudeza la realidad de su obsoleto y desmoralizado ejército, que aún habría de sufrir muchas más humillaciones y desastres en el Mediterráneo primero, en Rusia después y en su propio suelo finalmente.
Especificaciones Fiat C.R.42bis:
- Origen: Aeronautica d´Italia SA Fiat
- Planta motriz: Un motor radial de 14 cilindros en doble estrella Fiat A.74 R1C 38, refrigerado por aire, de 840 hp al despegue.
- Dimensiones: Envergadura: 9,70 m. Longitud: 8,25 m. Altura: 3,35 m
- Pesos: Vacío: 1.720 kg. Máximo al despegue: 2.300 kg
- Prestaciones: Velocidad Máxima: 430 km/h. Régimen de Ascenso: 732 m/min. Techo de servicio: 10.500 m. Alcance Máximo: 775 km
- Armamento: 2 ametralladoras Breda SAFAT de 12,7 mm en la proa, sincronizadas con la hélice.
- Tripulación: 1
Bibliografía consultada:
Bishop, E. (1975). La Batalla de Inglaterra. Madrid: Editorial San Martín.
Bungay, S. (2008). La Batalla de Inglaterra. Barcelona: Ariel.
Gustavsson, H. (2012). The Falco and Regia Aeronautica in the Battle of Britain. Disponible en: http://surfcity.kund.dalnet.se/falco_bob.htm
Massimello, G.; Apostolo, G. (2000). Italian Aces of World War 2. Oxford: Osprey Publishing.
Wood, T.; Gunston, B. (1997). Luftwaffe. Barcelona: Ediciones Folio.
Este italia no estaba motivada para la guerra.como alemania