Convair NB-36H Peacemaker: el Pacificador Atómico

Dejando atrás espectaculares estelas de condensación (chemtrails), el Convair NB-36H ejecuta uno de sus vuelos de evaluación.

Dejando atrás espectaculares estelas de condensación (chemtrails), el Convair NB-36H (51-5712) ejecuta uno de sus vuelos de evaluación a gran altura, el 6 de agosto de 1956 (Lockheed Martin).

La concepción que la sociedad tenía de la Energía Nuclear hace sesenta o setenta  años ha cambiado totalmente con respecto a hoy. Las ventajas que la misma ofrecía al ciudadano eran enormes. Barata y casi inagotable, la experiencia de la humanidad con el Átomo ofrecía fantásticas oportunidades para una nueva sociedad de consumo surgida triunfante del fin de la Segunda Guerra Mundial, aunque su puesta de largo, en aquel fatídico 1945 no fuera nada de halagüeña. Para un norteamericano medio, la radioactividad y sus consecuencias no eran todavía un ámbito bien conocido, y por más que pocos años antes dos bombas atómicas hubieran ejecutado a más de doscientos mil japoneses en unos segundos, las consecuencias que pagarían los supervivientes aun estaban empezando a ser estudiadas por los científicos. Tan solo se comprendía que, en la nueva política de bloques surgida tras el conflicto, unos y otros disponían de un arma formidable. La más formidable y mortífera concebida por el ser humano.

Pero, ¿qué podría ser del ser humano si era capaz de domesticar aquel caballo salvaje?. Si la energía era llevada, limpia e inocua al consumidor, las posibilidades en el futuro podrían ser infinitas. En la industria, en el hogar, en el transporte. Por ello, se desarrollaron muchos y muy ambiciosos proyectos alrededor de la Energía Nuclear por parte de las compañías norteamericanas de cualquier índole.

También en el mundo de la aviación se concibió la idea de que una aeronave propulsada por energía atómica podría revolucionar el transporte aéreo de forma radical, y que su aplicación como arma ofensiva o disuasoria, se convertiría en definitiva. Este es el cometido para el que se desarrolló el Convair NB-36H, un gigantesco bombardero experimental que en gran medida justificó su existencia, de una manera u otra, por la del tenebroso poder atómico. Continue reading

Un «estafador» a más de dos mil kilómetros por hora: B-58 «Hustler»

Un B-58A Hustler del SAC inicia el vuelo (fuente: b-58hustler.com)

Un B-58A Hustler del SAC inicia el vuelo (fuente: b-58hustler.com)

Unas breves líneas para recordar una efeméride muy especial para la evolución tecnológica de la aviación surgida tras la Segunda Guerra Mundial. Un día como hoy, 11 de noviembre, pero de 1956, el prototipo del primer bombardero supersónico de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos (USAF) efectuó su primer vuelo, se trataba del Convair B-58 Hustler, un bonito y poderoso avión que, sin embargo, tuvo una vida operativa más efímera de lo previsto, debido a que la rápida evolución de la aeronáutica militar exigía modelos cada vez más flexibles, más económicos de operar y cada vez más capaces de servir para más tareas. Por tanto, el gran bombardero estratégico de gran tamaño, potente y amenazador, iba a desaparecer de los cielos de aquel terrible juego de ajedrez que los historiadores denominaron Guerra FríaContinue reading