Recientemente cayó en mis manos otro cómic de aviación que hacía tiempo que deseaba leer. Tras el placer de El Gran Duque, ahora toca el turno (gracias al buen hacer de mi mejor copiloto, al que nunca se lo agradeceré lo suficiente) de Mezek, otra historia de aviadores con grandes cualidades, instinto asesino para el combate aéreo y un turbio pasado de difícil absolución. El veterano guionista galo Yann prepara una trama en este cómic con enormes posibilidades, ya que el tema da mucho juego y verdaderamente el argumento es de los más atractivos que puedan desarrollarse, y un entorno lleno de dificultades como era (y es) la Palestina de 1948, con un embrionario estado judío rodeado de enemigos y cuyos aliados, solo lo son de nombre, tiene muchísimo que ofrecer. La Guerra de Independencia de Israel de 1948 es una perfecta desconocida, y exceptuando algunos topicazos, se sabe poco sobre ella, sobre sus protagonistas, y como no, sobre sus aviones.
En esta ocasión vamos a hablar, aparte del cómic en sí (ya avisamos que no tiene desperdicio) del primer avión de combate que la nueva y microscópica Fuerza Aérea Israelí (Heyl Ha’Avir) tuvo a su servicio. Un avión que paradójicamente sirvió brillantemente en la Luftwaffe alemana y que tras el final de la Segunda Guerra Mundial fue montado, de forma residual en algunos países, con adaptaciones para poder seguir viviendo en unos cielos cada vez más llenos de reactores. Hablamos del extraño y casi desconocido Avia S-199 Mezek.
La compañía checa Avia, perteneciente al gigantesco consorcio industrial Škoda encontró intactas en 1945 las fábricas de montaje de los cazas alemanes Messerschmitt Bf 109G, que se habían estado ensamblando para la Luftwaffe durante la guerra. Sobre el Bf 109G-14, los ingenieros checos construyeron el Avia S-99, dotado del motor Daimler Benz DB 605A, pero cuando el suministro de motores se terminó, decidieron acoplarle los únicos propulsores disponibles, los también lineales Junkers Jumo 211F, un motor muy utilizado en modelos tales como el Heinkel He 111 o el Junkers Ju 87. Para poderlo adaptar, el morro del avión se hizo más largo y además, se le acopló una hélice Junkers de palas mucho más gruesas. El modelo resultante fue denominado Avia S-199 y fue fabricado en número superior al medio millar de unidades hasta el cese de su fabricación en 1949, e incluyendo un puñado de versiones de entrenamiento CS-199. Pero distaba de ser un avión satisfactorio.
Y es que este obligado cambio de motor provocó que el Avia S-199 tuviera unas características muy desagradables en el vuelo. Puede que los técnicos checos no lo supieran (o lo sabían pero no tenían otra alternativa), pero la realidad estaba en que, con el Jumo, aumentaron el par de torsión (llamado por los ingleses torque) del avión hasta niveles casi insostenibles. No voy a desarrollar aquí una disertación técnica sobre qué es el par de torsión, pero con decir que básicamente se trata de un empuje lateral paralelo al empuje longitudinal que desarrolla el propulsor, se podrá entender qué consecuencias podría tener en el alabeo, y de esta manera en el comportamiento del aeroplano.
Aparte de ser muy pesados en los controles, el caza era casi imposible de gobernar en los despegues y aterrizajes, que ya de por sí siempre había sido uno de sus puntos débiles. El Bf109 siempre había tendido a girar a la izquierda y ello exigía compensación por parte del timón de dirección por parte del piloto. Así que la cosa se hacía algo más que preocupante con este motor y si a ello se le unía la estrechez de vía del tren de aterrizaje, verdaderamente estas dos maniobras básicas de irse al aire y volver a casa se convertían en un auténtico ejercicio de sangre fría (y control de los esfínteres) para más de un piloto. Evidentemente, el S.199 adquirió (justificadamente) una triste reputación de avión difícil de pilotar y de vuelo imprevisible. No es raro, por tanto, que los sufridos pilotos checos lo bautizaran como «Mezek» (mula). Pero más raro podría pensarse que el avión iba a tener un futuro prometedor en el mercado de posguerra.
Israel estaba luchando en aquellos momentos por su supervivencia tras la resolución de la ONU para el reparto de Palestina en un estado judío y otro árabe a finales de 1947, que había sido aceptado por los israelitas pero considerado inaceptable por parte de los estados árabes vecinos. Recién declarado como estado independiente el 14 de mayo de 1948, Israel se veía enfrentado a un bloque de países árabes que estaban dispuestos a mantener aquel nuevo status quo y el conflicto armado era una realidad cada vez más violenta. Las nuevas fuerzas armadas israelíes, contaban principalmente con armas ligeras, pero carecían de vehículos blindados, artillería o aviación. La nueva Fuerza Aérea, llamada Heyl Ha’Avir y heredera de la Sherut Avir de la época de la Haganá (fuerzas de autodefensa judías durante la época del Mandato Británico en Palestina), apenas reunía un puñado de aviones ligeros. Era, por tanto, primordial comprar armamento donde se pudiera, y por supuesto, adquirir aviones de combate y transporte modernos. Cazas como el Republic P-47 Thunderbolt era el elegido para efectuar los primeros pedidos a los países occidentales.
Pero a priori estas gestiones no fueron satisfactorias, ya que muchos estados establecieron un embargo de armas. Cuentan las malas lenguas que la Unión Soviética, deseando que el nuevo estado se acercara al bloque comunista, se aprestó a facilitar con discreción el trámite. La apuesta le salió boca abajo a Stalin porque en seguida se vio con claridad que los judíos deseaban echarse a los brazos de los norteamericanos. Lo que nos interesa es que Checoslovaquia, de forma secreta, decidió saltarse la norma y negoció la venta de material militar a Israel, entre ello la compra de cazas. El único avión moderno que podían facilitar los checos era el Avia S-199, y aunque sin embargo, no era lo que estaba buscando la Heyl Ha’Avir para sus fuerzas aéreas, la urgencia de la situación hizo que se diera prioridad a cualquier caza que se pudiera adquirir inmediatamente.
Los israelíes firmaron un pedido con Avia, en abril de 1948, por diez Avia S-199, a los que se les sumaron otros quince, en mayo. Inmediatamente los primeros pilotos se desplazaron a Checoslovaquia para ser adiestrados en el manejo de los cazas. Es significativo hacer constar que a fines de ese mes, los cuatro primeros aviones se encontraban ya en Tel Aviv, y entrando en combate el día 29. No era para menos. Los egipcios tenían absoluto dominio del espacio aéreo y atacaban impunemente las ciudades israelíes. Aquellos cuatro cazas, pilotados por nombres mitificados para la historia de esta joven nación, como Lou Lenart, Mordechai «Modi» Alon, Ezer Weizman y Eddie Cohen, despegaron de la base de Ekron para atacar una fuerza enemiga compuesta por blindados que estaba cerca de Isdoud y que avanzaba hacia Tel Aviv. Los cuatro cazas atacaron por sorpresa, ametrallando y bombardeando a los carros egipcios. El fuego antiaéreo logró derribar a Cohen, que murió, y el caza de Alon se perdió al efectuar un aterrizaje de emergencia. Pero pese a todo, el ataque fue muy exitoso y detuvo el avance enemigo, dando tiempo para reagruparse a las tropas israelíes.
Aquellos cuatro aviones, que casi desde el principio fueron bautizados como «Sakeen» (cuchillo) fueron el corazón del primer escuadrón de caza de Israel, el 101 Hakrav Harishona, al mando de Modi Alon. Al día siguiente, 30 de mayo, los dos cazas aún en servicio, volvieron a atacar, perdiéndose uno de los Sakeen. Pero al solitario Avia restante se le unieron pronto el resto de los cazas solicitados, completándose el pedido a finales de julio e incluyendo una versión de reconocimiento D-119, siendo transportados en aviones Curtiss C-46 Commando que efectuaron un inestimable servicio en aquel puente aéreo entre Checoslovaquia e Israel.
A los pocos días de su llegada, los cazas ya habían participado en combates en todos los frentes y habían sido vitales en frenar la invasión enemiga. Asimismo, había sido una gran y desagradable sorpresa para los comandantes árabes, a la par que había aumentado la moral de los israelíes. La primera victoria aérea de la IAF tuvo lugar el 3 de junio de 1948. Hasta entonces los aviones de transporte, adaptados como bombarderos, Douglas C-47 Dakota egipcios habían bombardeado Tel-Aviv con total impunidad. Ese día, dos Dakotas fueron atacados, tras lanzar sus bombas sobre la capital, por Modi Alon y su S-199, derribando a ambos aparatos y acabando a toda velocidad con el dominio egipcio del cielo. El primer combate aéreo tuvo lugar el 9 de junio, entre un Supermarine Spitfire egipcio y un Avia S-199 pilotado por Gideon Lichtman, que derribó al Spitfire sobre Rehovot.
Pese al creciente número de Avias disponibles, la escasez de repuestos y el creciente uso al que se veían sometidos, hizo que sólo unos pocos estuvieran en servicio a la vez. En julio de 1948, el 101 sólo disponía de 5 cazas Avia, pero lucharon en todos los frentes, especialmente en el sur, frente a los Spitfire y a los Macchi M.C.205V (adquiridos a toda prisa) egipcios y escoltando a los bombarderos Boeing B-17 de la IAF que habían llegado a partir del 15 de julio. Además, los primeros Supermarine Spitfire LF Mk.IX adquiridos por la IAF, vía Checoslovaquia, empiezan a entrar en servicio.
El 10 de julio se enfrentaron aviones israelíes y sirios por primera y única vez. Dos S-199, pilotados por Morris Mann y Lionel Bloch, se encontraron con dos AT-6 Harvard sirios y Mann logró derribar uno. Bloch persiguió al otro caza sobre territorio sirio, donde fue derribado por el artillero del Harvard y se estrelló. El 18 de julio, tres S-199 que atacaban una columna acorazada egipcia, se encontraron con dos Spitfires egipcios sobre Be’er-Sheva. En el combate, Modi Alon consiguió su tercera victoria, al derribar uno de los cazas enemigos.
A finales de julio, sólo ocho S.199 siguen operativos. Una tregua durante el mes de agosto y septiembre permite al 101 recuperar efectivos y efectuar misiones de entrenamiento y reconocimiento, y a pesar de ser cada vez más difícil mantenerlos en vuelo se utilizaron en la Operación Yoav, iniciada el 15 de octubre para romper el cerco egipcio en el Negev. Durante la operación, que dura 10 días, los Avia hacen 34 salidas, lanzando 420 kilos de bombas. Durante esta ofensiva perece el comandante del 101, Mordechai «Modi» Alon, al estrellarse sobre Herzliya a los mandos de su incontrolable S-199.
El 19 de octubre, por el escaso número de unidades disponibles, el cada vez más complejo mantenimiento de los mismos y el rápido envejecimiento del material se decide retirar de la primera línea a los sakeen, gracias a la llegada de más cazas Supermarine Spitfire y North American P-51D Mustang, mucho más capaces, ágiles y fiables. Pero aquel extraño y muchas veces peligroso avión de combate híbrido alemán había cumplido su misión, otorgando, por primera vez a los hebreos, algo que hasta ahora no habían sido capaces de tener: capacidad de lucha.
Es la historia de estos trágicos, difíciles, turbios y apasionantes meses la que reflejan Yann y André Julliard en «Mezek». Un cuaderno con una historia de mayor enjundia y profundidad en los personajes que «El Gran Duque», aunque el trazo sea menos detallista y barroco que el de René Hugault. La historia de los primeros aviadores que sirvieron en el embrionario estado de Israel, mercenarios con un sentido de la lealtad muy diferente que la de sus compañeros hebreos, pero con un pasado más oscuro que algunos no hubiesen querido recuperar. Uno de ellos, un sueco llamado Björn, de extraños sentimientos pero con una capacidad excepcional para hacer volar aquellos traicioneros «Mezek«. La mezcla de su pasado y las relaciones con dos mujeres israelíes crearán una atmósfera densa en tierra y violenta en el aire.
Yann procura mantener un equilibrio emocional en el entorno de una historia como ésta, llena de excesos, crueldades e injusticias por ambas partes (sesenta años después la sangre sigue estando a la vuelta de la esquina). Es difícil escribir sin adscribirse a uno u otro lado, y creo que el guión casi lo ha logrado, intentando centrarse en una historia de personas y de aviones, pero sin obviar nada ni pasar de puntillas. Ahí reside la gracia y el estilo. Julliard es más esquemático en el color, en los volúmenes y en el desarrollo de las imágenes que René Hugault, aunque no por ello pierde ritmo ni crudeza. La amargura del texto, pero también de las imágenes, permanecen, y además enlazando las ficciones con personajes reales y hechos de armas que están en los libros de historia.
En definitiva, una más que interesante obra gráfica que recomiendo no solo a los entusiastas de la aviación, sino también a los que quieran conocer algo más sobre el conflicto palestino. Y resulta muy curioso conocer a un extraño heredero del caza más famoso de la temida Luftwaffe sirviendo con las armas de Israel. Sin duda, lo más sorprendente es, al compararlo con la poderosa y temible IAF actual, que lo único que no ha cambiado es la tragedia humana…
Especificaciones Avia S-199:
- Origen: Avia Akciová Společnost Pro Průmysl Letecký Škoda
- Planta motriz: Un motor lineal de 12 cilindros en V Junkers Jumo 211F, refrigerado por líquido, de 1.340 hp al despegue.
- Dimensiones: Envergadura: 8,94 m. Longitud: 9,92 m. Altura: 2,59 m.
- Pesos: Vacío: 2.650 kg. Máximo al despegue: 3.740 kg.
- Prestaciones: Velocidad Máxima: 590 km/h. Régimen de Ascenso: 11 m/s. Techo de servicio: 8.686 m. Alcance Medio: 700 km.
- Armamento: Dos cañones Mauser MG 151/20 de calibre 20 mm en las alas y dos ametralladoras Rheinmetall-Borsig MG 131 de calibre 13 mm sobre el motor.
- Tripulación: 1.
Bibliografía consultada:
Yann, Juillard, A. (2011). Mezek. Wattenheim: Salleck Publications, Eckart Schott Verlag.
Gunston, B. (1986). Guía Ilustrada de cazas y aviones de ataque alemanes de la Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Ediciones Orbis.
Caidin, M. (1977). Me 109, Un caza incomparable. Madrid: Editorial San Martín.
Aloni, S. (2001). Arab-Israeli Air Wars 1947-82. Oxford: Osprey Publishing.
Silva, Gustavo. Noviembre 2 (1917): Declaración de Balfour y otra de Stalin. Publicado el 1 de noviembre de 2010 en: http://eichikawa.com
Avia S-199 de la Fuerza Aérea Israelí: 101 squadron. Disponible en: http://101squadron.com/101/101.html
El Bf 109 fue el mefor caza de la IIWW. Solo el Mustang lo mejoró pero solo en autonomía. A leches el 109 le ganaba.
Mmm no es tan sencillo como tu lo ves, depende de muchas cosas como a que altitud, a que velocidad y la calidad del piloto y para las fechas del Mustang version D alemania no tenia mas que puro novato a los mandos de los bf-109 además la calidad del combustible era superior en octanaje por parte de los americanos y eso nomas los experten sabemos apreciarlo…