El pasado 14 de Agosto se estrenó en las salas españolas la película de animación Aviones, la última cinta de la factoría Disney y Spin-off de la saga Cars, posiblemente una de las mejores y más sorprendentes muestras del género en estos últimos años, aunque en esta ocasión no sea responsabilidad directa de la firma Pixar, aunque figure como productor John Lasseter. La historia de Rayo McQueen y sus amigos, fuera en el decrépito pueblo de Radiator Springs o en asuntos de altas esferas, como vimos en su secuela, caló hondo en el público infantil (y otros no tanto) ya que aportaba, no ya a animales o seres imaginarios, sino a máquinas, un toque humano y una profundidad dramática de los personajes realmente inigualable, sin perder esas características que cada automóvil tiene y que los aficionados al motor saben (sabemos) valorar: cómo suena cada propulsor, cómo gira y qué virtudes y defectos tiene…
Verdaderamente la fórmula resultó fantástica. Los distintos protagonistas actuaron «humanamente», pero con sus matices mecánicos que ningún aficionado al motor podría establecer la más mínima queja. Era en definitiva una cinta para niños pero tolerada para adultos (o viceversa). Y Aviones ha pretendido estirar este filón, para placer de todos los aficionados a la aviación (tengan doce años o rocen la cuarentena). Es inestimable la lista de aeroplanos que, como protagonistas o secundarios (incluso podríamos hablar de cameos) que todo amante de esos pájaros de acero podría identificar sin demasiado problema en esta historia. Una historia como ésta, en la que un avión fumigador llamado oportunamente Dusty («polvoriento») pero con ansias de velocidad decide participar en una carrera de circunnavegación del globo. No le importa su condición poco aerodinámica, pero tiene un importante hándicap, que en una película de aviones nos resulta paradójica: tiene miedo a las alturas. Para lograr su propósito contará con la ayuda de Skipper, un legendario avión veterano de la Segunda Guerra Mundial. Sus ansias de victoria chocarán con la vanidad del campeón hasta ahora invicto, el afilado y aerodinámico Ripslinger, que hará lo posible para evitar que el pequeño rival le reste protagonismo.
Lo que falla de Aviones es que parece que todo está visto de antes. Cars puso el listón tan alto que esta entretenida cinta de animación, aunque tenga una puesta en escena muy atractiva, unas escenas aéreas ágiles y sorprendentes y una banda sonora incidental cumplidora parece que la profundidad de los personajes de las anteriores entregas no aparece por ninguna parte. Verdaderamente les faltan diálogos chispeantes y guiños divertidos, aunque ello no significa que carezcan de la vida de los anteriores. Simplemente, en este aspecto, parece como si Disney se limitara a «recoger la cosecha» con menos trabajo…
Pero si nos atenemos a las recreaciones de los aeroplanos que aparecen en la película, el espectador aficionado puede sentirse más que satisfecho. Las caracterizaciones siguen siendo espectaculares y los aviones suenan, carretean, despegan y maniobran como los modelos reales, y todo ello sin perder este toque mágico de Disney. Así, os mencionamos a algunos de los protagonistas:
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Dusty Crophopper, nuestro protagonista principal, es un fumigador de profesión que sueña sin embargo con convertirse en un campeón de las carreras aéreas. Se inspira en el Air Tractor AT-502, un robusto avión agrícola de uso en fumigaciones pero también se utiliza, en versiones modernizadas (serie AT-802), como avión contraincendios, en versiones con tren de aterrizaje convencional (AT-802F) o con flotadores (Fire Boss). Equipado con una turbina Pratt & Whitney PT6A, este fiable avión norteamericano puede transportar en sus últimas versiones hasta 3.102 litros de productos químicos, fertilizantes o retardantes antiincendios según la tarea que se le encomiende.
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Skipper Riley, mentor y maestro de Dusty, es un veterano de combate de la Segunda Guerra Mundial, antiguo As de las Jolly Wrenches, y ahora director de la escuela Skipper´s Flight School, donde tiene como ayudante a Sparky, y será quien le enseñe a volar mejor y más rápido que sus rivales, aunque tenga en su pasado una cuenta pendiente. Skipper es un fantástico Chance Vought F4U Corsair, caza embarcado de la Segunda Guerra Mundial, aunque también sirvió en la Guerra de Corea, fundamentalmente como cazabombardero. El equipo de Rex Beisel e Igor Sikorsky (famoso posteriormente en el campo de los helicópteros) diseñó un magnífico avión con alas de gaviota invertida y capaz de batir a los rivales japoneses, contando con el motor de pistones más potente jamás instalado en un caza americano, el gran Pratt & Whitney R-2800 Double Wasp de 18 cilindros en doble anillo que con inyección de agua/metanol alcanzaba los 2.850 Hp (fue el primer caza norteamericano capaz de superar los 650 kilómetros por hora). Estaba equipado con seis ametralladoras Browning M2 de 12.7 mm en sus alas plegables.
- Ripslinger es el principal antagonista de Dusty, un verdadero campeón consagrado a la velocidad, puro diseño aerodinámico. Sin embargo, no gusta del juego limpio y hará lo imposible para que nadie le arrebate la victoria final. Junto a sus dos secuaces, Ned y Zed, nos encontramos ante un modelo inspirado en aviones reales de competición pura, fundamentalmente el Extra 300, el ágil avión acrobático famoso por sus performances en la Red Bull Air Race. Propulsado por un Lycoming AEIO-540-L1B5 MT de 300 Hp, es un rápido aeroplano con recubrimiento de fibra de carbono y un diseño para efectuar maniobras casi imposibles para un aparato convencional. Ned y Zed, con su tren fijo y su hélice bipala son más identificables que su amo, con un agresivo morro, tren escamoteable y unas hélices contrarrotantes.
- Bulldog: Este veterano campeón británico es ni más ni menos que el De Havilland DH.88 Comet (no confundir con el revolucionario reactor Comet de finales de los cuarenta), uno de los aparatos de competición mas elegantes de todos los tiempos, diseñado para competir en la MacRobertson Air Race, carrera aérea entre Londres y Melbourne y disputada en 1934. Geoffrey de Havilland creó un esbelto monoplano biplaza de tren escamoteable y célula de madera con recubrimiento textil/metálico, propulsado por dos de Havilland Gipsy Six R, potenciados hasta los 230 Hp cada uno. Tres de estos aerodinámicos aviones participaron en la carrera, alzándose con la victoria el bautizado como Grosvenor House, con matrícula G-ACSS y completamente pintado de rojo. El Comet completó el recorrido en 70 horas, 54 minutos y 18 segundos.
- El Chupacabra es el campeón mejicano, fantasioso y casanova amigo de Dusty. Inconfundible perfil de uno de los famosos Gee Bee de carreras de los años 30, y del que tuvimos ocasión de hablar en el post anterior sobre la película Rocketeer. Su rechoncho fuselaje, su recortada envergadura y su poderoso motor radial los convirtieron en legendarias balas de carreras en las competiciones Pylon de antes de la Segunda Guerra Mundial.
- LeadBottom: Este venerable biplano dueño de la empresa fumigadora donde Dusty trabaja podría ser uno de los ubicuos Boeing-Stearman Modelo 75, modelo de enseñanza de la USAAF (PT-17) y la U.S. Navy (N2S) que tras la guerra fue vendido como excedente, haciéndose popular en labores de fumigación, además de acrobático y turístico.
- Bravo y Echo son dos aviones de combate de la marina pertenecientes a la unidad de los Jolly Wrenches, la misma que el veterano Skipper. Caracterizan a dos Boeing F/A-18E Super Hornet, cazabombarderos polivalentes embarcados de la Armada de los Estados Unidos, versiones agrandadas y evolucionadas tecnológicamente de los sensacionales F/A-18C/D Hornet. Verdaderamente se trata de una magnífico avión multipropósito que ha sustituido satisfactoriamente en los portaaviones americanos a aviones míticos como el Grumman F-14 Tomcat y el Grumman A-6 Intruder en las tareas para que habían sido diseñados.
Otros aviones protagonistas son más difícil de reconocer, al menos para mí. La enigmática Ishani, campeona de Asia, es un esbelto monomotor canard (los estabilizadores horizontales están delante de las alas) con grandes winglets que bebe de las líneas de aviones comerciales como el futurista y fracasado Beechcraft Starship. Tampoco es un modelo definido Rochelle, la musa del amigo Chupacabra: es un elegante bimotor canadiense procedente del Quebec francés y especializado en correos postales. Su rasgo más definido es su cola de mariposa (en v), un recurso aerodinámico poco utilizado (el ejemplo más conocido es el del bombardero furtivo Lockheed F-117 Nighthawk) que permite reducir peso, pero a la vez exige un sistema de control mucho más sofisticado. Mención especial merece Franz Fliegenhosen, un automóvil volador con doble personalidad. Los coches/aviones son un concepto que se desarrolló con cierto interés científico desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en los Estados Unidos, aunque en Alemania se propusieron prototipos tales como el Wagner FJ-V3 Aerocar, primo lejano de esta especie de Isetta con alas aunque el modelo original al que hacermos referencia no pasara de las fases de prototipo.
Hablaremos finalmente de cameos, ya que aparecen fugazmente algunos clásicos de la aviación tales como el cazabombardero Hawker Sea Fury, heredero de los Typhoon y Tempest de la Segunda Guerra Mundial y el último caza de pistones de la Royal Navy, o el eterno y famosísimo North American P-51 Mustang, quizá el mejor avión de combate del mayor conflicto de la historia. Tampoco queremos olvidar la aparición de aviones comerciales de distinto tamaño y rango, desde minúsculas Cessna 172 Skyhawk a mastodónticos Airbus A380, pasando por un desgarbado pero robusto Short SC.7 Skyvan y un magnífico y elegante birreactor Boeing 777…
La lista demuestra que, sinceramente, los aficionados no van a quedar decepcionados. Existen algunos equívocos y mensajes entrelíneas verdaderamente deliciosos que los fanáticos van a pillar a la primera (el recurso de las alas prestadas de Lockheed T-33 Shooting Star y el recuerdo de la asistencia de los norteamericanos a sus vecinos de frontera es uno de ellos). Queda el regusto amargo de pensar que hubiera pasado si los de Pixar se hubieran tomado aún más en serio el proyecto y hubieran querido ponerlo a la altura de una de esas maravillas que esa factoría nos ha regalado: Cars. Y es que este Spin-off posiblemente proporcione buenos dividendos a sus propietarios, que es para lo que está creado. No nos importa demasiado. A los fans de esos bellos cacharros del aire, muchas y largas sonrisas. Si nos gustan de por sí, ahora que tienen sentimientos…
La acabo de ver y tengo que añadir un pequeño dato a tu post, que por otro lado me parece excelente.Es un dato cinemátografico más que otra cosa: la película estaba pensada para el mercado doméstico, es decir los propios canales de la Disney y salida directa a DVD, por eso el guión no está tan depurado como podría haber sido.
Acabo de descubrir tu magnífico blog y estoy devorando todas las entradas antiguas como poseído!, Felicitaciones!.
Leyendo este post de Aviones, me gustaría compartirte algo de información adicional respecto a las referencias a aeronaves reales que aparecen en la película:
– El Chupacabra, claramente un paisando mexicano de quien esto escribe, es inequívocamente un GeeBee Racer de los años 30, pero tiene una relación muy especial con México, ya que este modelo de avión fue utilizado por el piloto mexicano Francisco Sarabia Tinoco para rompervarios récords de velocidad a finales de aquella época de los «grandes raids» aéreos que iniciaron en los años 20 del siglo del mismo número. En mayo de 1939, voló de Ciudad de México al aerodromo «Floyd Bennett Field» en Nueva York en 10 horas y 47 minutos en dicho avión, un GeeBee racer modificado para largas distancias matrícula NXI-4037 al que puso por nombre «El Conquistador del Cielo», rompiendo el récord de la época. Murió en junio del mismo año cuando después de volar de Cd. de México a Washington D.C. y ser condecorado por el presidente Roosevelt, el Conquistador del Cielo pierde potencia al despegar de lo que hoy es el aeropuerto Ronald Reagan y cae al río Potomac. De ahí ese homenaje al avión de Sarabia en la película en la forma del simpático «Chupacabra» (el propio Sarabia creo sería un digno merecedor a una entrada propia en tu blog 😉 ).
– Rochelle bien podría ser un Beechcraft «Twin Bonanza», aunque a diferencia del Bonanza original que tenía cola en V, el Twin Bonanza tiene una cola más tradicional pero el parecido es notable.
Un saludo desde México!
Muchas gracias por tus interesantes comentarios. Los GeeBee verdaderamente eran aviones indómitos y merecen mucha más información. Desconocía esta información sobre el compatriota que me menciones, pero ten por seguro que vamos a preparar un post sobre él, tras recopilar información. Gente como Sarabia es la que construyó la historia de la aviación.
Muy buena apreciación sobre la Bonanza.
Gracias de nuevo por tu interés y quedamos en contacto. Saludos.
Muy bueno lo que descubri el dia de hoy gracias a (fuente:disney) para los que amamos los aviones y por la pelicula de aviones la verdad que estoy muy impresionada mi hermano le encanta la pelicula de aviones y dice que lesde las gracias por hacerla muy linda y mi familia le gusto mucho la verdad (fuente:disney)
Muchas gracias por su interés. Nos alegra que le haya gustado. Un saludo.