La aviación que actualmente conocemos es quizá una de las mejores demostraciones de lo que el ser humano, cuando no se dedica a hacerse la vida imposible, es capaz de conseguir. Volar es sencillo, volar es seguro, volar es cómodo. No tiene casi ninguna novedad digna de mención para el usuario de hoy. Conectarte a la página web de la aerolínea deseada, buscar los enlaces que convengan, pagar, y punto. Lo siguiente es dirigirte al aeropuerto deseado…y a volar.
Sin embargo, la aviación era algo bien distinto hace setenta años. Cierto es que había cambiado mucho tras la Segunda Guerra Mundial, que, a precio de sangre, la había hecho madurar y convertirla en un arma formidable y precisa. Los militares aliados vencedores podían trasladarse de un sitio a otro con mucha más seguridad, y los civiles podrían hacerlo también. Pero de ahí a lo que se ha convertido ahora, media todo un mundo. A finales de los años cuarenta, una nueva generación de aviones de pistón cruzaban de nuevo Europa y con cada vez más frecuencia el Atlántico, pero ni el ciudadano medio concebía a la aviación como un servicio a su alcance, ni la aviación misma se había desembarazado aún de sus estructuras y procedimientos militares.
Por eso, y por otras razones, tenemos que hacer justicia al recordar que se han cumplido recientemente los setenta años del primer vuelo comercial a América por parte de una aerolínea española, Historia de la aviación española a la que no se le debe restar ni un ápice de importancia, ya que reabrió vínculos perdidos, muchos de ellos dormidos en las páginas de viejos libros… Continue reading