Afganistán, años 80. El ejército soviético libraba su particular Vietnam ante la guerrilla islámica afgana. Cuando los muyahidines se enfrentaban a las tropas soviéticas en aquel sangriento conflicto, quizá una de las peores sorpresas que recibieron fue la aparición de este pesado helicóptero de ataque. Tan destructivos resultaban sus ataques y tan difícil de derribar resultaba, que eligieron el mejor apodo para esta temible máquina: El carro del diablo…
A finales de los años 60, la Fuerza Aérea Soviética (VVS) solicitó al fabricante Mil (Миль) el diseño de un nuevo helicóptero pesado de ataque, pero capaz de transportar un pelotón de ocho soldados en orden de combate y apoyarlos con fuego aire-tierra. El nuevo aparato procedía genéticamente del helicóptero de transporte medio Mil Mi-8 (código OTAN: Hip), del que heredó bastantes componentes, como el sistema de rotor de tipo totalmente articulado y el uso de las dos turbinas Klimov TV3-117 acopladas al mismo. Ello supuso un fácil y eficaz desarrollo, aunque con ciertas limitaciones de diseño en cuanto a la maniobrabilidad.
Para aportar sustentación extra, el helicóptero lleva dos semialas con diedro negativo en el fuselaje, que además funcionan como soportes de los distintos sistemas de armas, montados en seis pilones. Las primeras versiones (Mil Mi-24A/Hind-A) tenían una cabina de vuelo triplaza formada por grandes cristales planos, pero a partir de los Mil Mi-24D/Hind-D el morro fue modificado para convertirse en la cabina biplaza en tándem con una cubierta de doble burbuja que le ha dado su perfil característico y definitivo. El tren de aterrizaje, triciclo, era retráctil.
El nuevo helicóptero, cuyo primer vuelo se efectuó en 1969, cumplía por tanto dos cometidos: por un lado era un perfecto avión de asalto por su velocidad en el aire, gran potencia de fuego y su blindaje, capaz de resistir impactos de bala de hasta 23 mm, incluyendo los rotores. Pero también podía ser un excepcional medio de proyección estratégica, gracias a su capacidad de transporte de tropas. La versión Hind-D (Mil Mi-24D) entró en producción en 1973, y es la que definitivamente configura estructuralmente el helicóptero. Además de su característica cabina de doble burbuja, el rotor de cola se situó a la izquierda y se configuró a tractor. La ametralladora del morro era una rotativa Yakushev-Borzov YakB calibre 12.7 mm. Además, podía montar otras dos ametralladoras GShG-7.62 (o un lanzagranadas AGS-17).
En las semialas, los seis pilones le permitían llevar combinaciones de 4 lanzadores de cohetes de 57 mm o 4 misiles antitanque 9M17 Phalanga, de guiado semiautomático en vuelo. A finales de la década fue operativa la versión más producida del aparato, la Hind-E (Mil Mi-24V) y repartida por todos los países adheridos al Pacto de Varsovia, así como aquellos denominados como «no alineados». Sobre el anterior modelo, estos Hind podían llevar, en sustitución de la ametralladora rotativa, el cañón bitubo Gryazev-Shipunov GSh-23. El misil anticarro AT-6 Spiral (9K114 Shturm) podía ser portado hasta en número de ocho unidades en las semialas del helicóptero. En cuanto a autodefensa/contramedidas, el helicóptero contaba con lanzadores de señuelos, alertador radar y dispersadores de gases de escape para reducir la firma infrarroja (desorientar a los misiles que se guían de las fuentes de calor).
Donde se demuestran las capacidades de una máquina militar es en el combate real. Así, el Hind entró en combate en la Guerra de Ogaden entre Etiopía y Somalia entre 1977 y 1978. Los soviéticos apoyaban a las tropas etíopes mientras los norteamericanos suministraban apoyo logístico a los somalíes, como sucedían en estos conflictos perimetrales de la Guerra Fría. Pero donde este pesado helicóptero forjará su leyenda será en el conflicto de Afganistán, en el que se convertirá en una verdadera pesadilla de los guerrilleros muyahidines.
Tan difícil de derribar era y tan destructiva resultaba su potencia de fuego, que aquellos afganos acuñaron en ya indicado término de «Shaitan-Arba« (El carro del diablo), sobre el propio apodo que le daban las propias tripulaciones: El tanque volador (letayushchiy tank). Sólo la aportación por parte de la CIA de los temibles misiles antiaéreos filoguiados FIM-92 Stinger les permitió combatirlos con cierta eficacia durante el conflicto, aunque los soviéticos instalaron perturbadores infrarrojos y sistemas de disipación de las estelas de calor de sus turbinas. Tan letal se demostró el Hind que se convirtió en un icono, al igual que los Huey (Bell UH-1 Iroquois) se habían convertido en el icono de la Guerra del Vietnam. No en vano, tal era su fama que los productores de la americanísima cinta «Rambo III» (Peter McDonald, 1988) decidieron incluir un Mil Mi-24 en la trama de la película. En aquellos años 80 resultaba totalmente imposible obtener un ejemplar en occidente, así que se vieron obligados a customizar un Aérospatiale SA 330 Puma francés, añadiéndole las míticas semialas y un camuflaje soviet de atrezzo. Y por lo visto la treta ha funcionado, porque gran parte del público en general reconoce a este aparato como «el helicóptero de Rambo».
Pero no solo en Afganistán estos helicópteros prestarán sus servicios. Los iraquíes los utilizarán en la guerra contra su vecino iraní, donde se enfrentarán a los AH-1J SeaCobra persas. Diseminados por todo el mundo, desempeñarán un importante papel en conflictos del Tercer Mundo, tanto en Asia, África como en América del Sur, Guerra Civil del Chad, Sierra Leona o Sudán, Guerra del Golfo, Chechenia o Sri Lanka. La lista es estremecedoramente larga. Los Mil Mi-24 han operado en la Guerra Civil Libia, operados tanto por las fuerzas leales a Gadafi como por las tropas pertenecientes al llamado Consejo Nacional de Transición. Actualmente, unidades sirias del gobierno de Bashar Assad se utilizan para bombardear a los grupos rebeldes.
Mil Mi-35M: La última evolución del Hind
La caída de la Unión Soviética colapsó todas las redes de fabricación y asistencia postventa de los productos militares rusos, incluyendo por supuesto los Hind. Se hizo complicado adquirir piezas de recambio y adiestramiento a las tripulaciones. Pero progresivamente, la agrupación de todos los fabricantes rusos de helicópteros en un consorcio común denominado ORBORONPRON ha permitido reactivar las ventas de estos modelos mejorados, sobre todo en países reacios a comprar material norteamericano y sobre todo, con reducidas capacidades presupuestarias. Así, la compañía rusa Rostvertol ha desarrollado la versión Mil Mi-35M, que procura mejorar sus capacidades operativas, tanto de día como de noche.
En primer lugar, la planta motriz la componen dos Klimov VK-2500 de hasta 2.400 Hp, engranados a un rotor de nuevo diseño. Con este aumento de potencia, el techo de servicio se marca en 5.400 metros. Las células han sido reforzadas y el tren de aterrizaje ha pasado a ser fijo, con el fin de ahorrar peso. El helicóptero además lleva nuevos sistemas para navegación nocturna, precisamente uno de los puntos débiles en las versiones anteriores. La precisión del vuelo se consigue mediante un receptor de las señales satélite tanto de fuentes occidentales (GPS) como rusas (GLONASS).
A este equipo se le añaden equipos de detección de blancos y puntería, compuesto de sistemas KNEI-24 de aviónica digital y OPS-24 de dirección de tiro, compuesto de cámaras FLIR (infrarrojo de barrido frontal) para la navegación nocturna y de televisión durante el día.. El abanico de armas sigue siendo temible: puede transportar hasta 16 misiles radioguiados anticarro 9m120 Ataka-V con alcance de hasta 6 kilómetros. Para el combate aéreo contra otros helicópteros o UAVS dispone de los misiles Igla-V. También puede lanzar cohetes S-8 y S-13 (80/122mm) de versiones anteriores. Además sigue contando con el cañón bitubo GSh-23L, ubicado en el morro, así como sistemas de contramedidas anteriormente mencionados.
Hasta ahora, el helicóptero ha sido vendido en Venezuela, Brasil, Azerbaiyán y la propia Rusia. Por su economía de adquisición (cuesta la tercera parte de un Apache Longbow), y accesibilidad a mercados donde la compra de material occidental está restringido, se le augura un futuro comercial interesante, y a buen seguro veremos en las plantillas de muchas fuerzas aéreas (y paramilitares) del mundo a esta enésima versión del mítico Carro del diablo. Quién sabe si Silvester Stallone tendrá que vérsela en la enésima versión de Rambo con alguno de ellos…
Especificaciones (Mil Mi-24V. Código OTAN: Hind-E)
- Origen: Mil Moscow Helicopter Plant
- Planta motriz: Dos turbinas Klimov TV3-117 de 2.200 Hp al despegue.
- Dimensiones: Diámetro de rotor principal: 17,3 m. Envergadura: 6,5 m. Longitud: 17,5 m. Altura: 6,5 m.
- Pesos: Vacío: 8.500 kg. Máximo al despegue: 12.000 kg.
- Prestaciones: Velocidad máxima operativa: 335 km/h. Alcance: 450 km. Techo de Servicio: 4.500 m.
- Armamento: Una ametralladora multitubo Yakushev-Borzov YakB calibre 12.7 mm. Montajes subalares para transportar 8 misiles anticarro 9K114 Shturm (AT-6 Spiral) y 4 pods lanzacohetes de 57mm
- Tripulación: 2-3
Bibliografía consultada:
VV.AA (1992). Crónica de la aviación. Barcelona: Plaza & Janés.
VV.AA. (1986). Guía ilustrada de helicópteros de combate. Barcelona: Ediciones Orbis.
Rodríguez Costa, R- (2013). Helicópteros de combate rusos para el siglo XXI. En: Avion Revue, n.370, abril 2013, pp. 70-76.
Es decir, que en Afganistán funcionaron hasta que los afganos tuvieron armas adecuadas… ya. Esa guerra por cierto, la perdió la Unión Soviética. Asi que ya ves tú lo útil que fueron.
Y en Libia, Gadafi también perdió.
Gran helicóptero. Ha cambiado el curso de la historia vaya…