Aunque los conceptos atávicos de la aviación como una tarea de competencia exclusivamente masculina pasan, a Dios gracias, a mejor vida, aún a veces nos resulta extraño ver a mujeres trabajando en el sector aeronáutico que no sean exclusivamente como TCP. Y es una reacción cada vez más obsoleta, porque las mujeres demuestran su competencia diariamente en este complejo mundo: no solo ya como gestoras de empresas fabricantes de aviones, propulsores o componentes, dirigiendo aeropuertos y grandes o pequeñas aerolíneas o implicadas en el tráfico aéreo (ATC), sino también como pilotos de aviones comerciales y/o militares. Para alcanzar esta igualdad conceptual, en la que se ve el perfil y los méritos antes que el sexo, ha sido necesario que existieran, como en todos los sectores, una larga lista de pioneras, mujeres valientes capaces de desafiar los conceptos previamente establecidos…