Para ver esta película hacen falta tres cosas: Una tarde soporífera, un bol de palomitas y una afición desmedida por los aviones. Buscando entre filmografías antiguas, encontré esta curiosidad de la factoría Disney que vi hace ya una importante cantidad de años. Supone ver la suficientemente entretenida historia con una misionera, un piloto de mala reputación por sus deudas y un par de niños huérfanos. Y por supuesto, un avión. Pero en este caso, no un avión cualquiera, sino uno de los iconos de la historia de la aviación: El Boeing B-29 Superfortress. Martillo ejecutor de la destrucción de las ciudades japonesas desde 1944, uno de ellos (el Enola Gay) tuvo el dudoso honor de meter a la humanidad en la era nuclear. Es significativo que fuera él, ya que la Superfortaleza volante es una de las más formidables armas de la Segunda Guerra Mundial…