La mayoría de las personas, aunque les atraiga como fenómeno, siguen pensando que en realidad, los fantasmas no existen y que todo se encuentra en nuestra capacidad de ser sugestionados. Que, desde luego, podemos encontrar siempre una explicación racional para cada cosa. Por tanto, se acabaron los tiempos de la creencia en los espectros que pasean en lugares abandonados, olvidados por los vivos, y de las ánimas en pena que ocupan buques fantasmas a los que solo se ve en las noches de niebla, porque la verdad es que la propia oscuridad ha desaparecido de casi todas partes. Casas encantadas y fenómenos inexplicables que muchas veces son, definitivamente, fruto de la sugestión. O al menos, eso es lo que dicen.
Para mí, sin embargo, lo paranormal sigue teniendo mucho peso y valor (diría que mucho más que antes), y continúan vigentes muchísimos casos paranormales para los que en la actualidad, con la gran cantidad de tecnología de la que disponemos, no ha podido encontrarse una explicación racional. Y como siguiendo la larga tradición de buques embrujados o malditos, del Mary Celeste, el SS Baychimo, el Ourang Medan o el Marlborough, sus hermanos del aire, los aviones, a pesar de su vanguardismo, de su tecnología y de su asepsia actual, también cuentan con sus páginas oscuras y sus enigmas.
Hace unas cuantas semanas pude ver, en el único programa de televisión al que profeso una devoción y fidelidad inquebrantable, Cuarto Milenio, que comanda (precisamente en la denominada Nave del Misterio) un excepcional profesional como es Iker Jiménez, la sobrecogedora historia del Vuelo 401. El piloto comercial Ignacio Rubio, habilitado para el vuelo con Airbus A320, desgrana junto a Iker una historia de fantasmas en un entorno que precisamente no es muy propicio para este tipo de temas y del que hay literatura, sinóptica y apócrifa muy abundante. Algo que mezcla lo trágico con lo inexplicable y que merece unas buenas líneas en este humilde rincón de la aviación, cuando precisamente hoy se cumplen cuarenta y cinco años de este terrible accidente. Continue reading