A menudo vemos en las películas como un helicóptero, en las junglas del Vietnam, es pilotado desde el asiento de babor mientras rescatan a sus sufridos compañeros marines de las garras del Vietcong que, inexplicablemente sigue allí escondido, dedicado a torturar norteamericanos. Pues bien, al menos en lo tocante al piloto el gazapo es absoluto. Veamos por qué.
Ante todo debemos decir que la gran mayoría de los helicópteros están certificados para un solo piloto, aunque en algunas configuraciones o usos sea necesaria y obligatoria la presencia de dos pilotos.
Si observamos los mandos de control de un helicóptero, estos están formados por: los pedales, que controlan el rotor de cola, haciendo que el morro del helicóptero se mueva a derecha e izquierda, facilitando el giro, especialmente a bajas velocidades o en estacionario. La palanca de control, llamado cíclico, básicamente es la que hace que el helicóptero se mueva hacia delante, hacia atrás o a los lados. Por último está el colectivo, que, nuevamente de forma básica, controla la potencia de los motores y hace al helicóptero subir, bajar o mantenerse a una altura determinada.
El cíclico se sitúa entre las piernas del piloto y normalmente se maneja con la mano derecha, mientras que el colectivo va situado a la izquierda del asiento y se maneja con esa mano. Dado que este último tiene la forma de de una palanca de sube y baja (como una especie de freno de mano de automóvil), es mucho más cómodo, tanto para acceder al asiento, como si el piloto debe inclinarse para mirar por las ventanillas laterales, por ejemplo si lleva carga a eslinga (esto es, atada mediante cables o eslingas), para controlar esta, volar desde el lado derecho.
Así que recuerden: si ven en los Desaparecidos en Combate, a Chuck Norris a los mandos de un UH-1 Huey en el asiento de la izquierda, desconfíen…