Hoy recordamos desde este rincón aeronáutico a Charles Chuck Yeager, el primer hombre que atravesó la barrera del sonido. A bordo de su afilado Bell X-1 experimental, alcanzó Mach 1.06 sobre los cielos del aeródromo militar de Muroc en California (actualmente Base Edwards) un 14 de octubre de 1947…
Era la mítica barrera del sonido una de las obsesiones que marcaban a las grandes potencias vencedoras de las Segunda Guerra Mundial. La carrera por superarla era casi una cuestión de estado. Y militares, técnicos y políticos ponía todo su empeño para que su país se llevara los laureles del éxito. En esta carrera en pos de la velocidad hubo nuevos mártires, como el propio hijo del fabricante Geoffrey de Havilland, cuyo DH-108 experimental se desintegró en el aire sobre el Támesis cuando efectuaba un picado un 30 de septiembre de 1946. La tecnología de la época no podía ir al ritmo de aquellas velocidades demandadas y los aeroplanos se llevaban al límite de su resistencia estructural. El fabricante Bell Aircraft Corporation ofreció en noviembre de 1944 al Ejército norteamericano y a la recién creada NACA (recordemos: National Advisory Committee for Aeronautics) la idea de cómo desarrollar un avión capaz de superar la barrera del sonido. Y en gran parte la cuestión estribaba en el tipo de propulsor elegido. En principio, era lógico pensar que la solución ideal era, como en otros muchos proyectos, decantarse por uno de los nuevos turborreactores que poco a poco iban mejorándose y resultando más fiables y competitivos. Sin embargo, los técnico de Bell se concienciaron que con la tecnología disponible, los únicos propulsores capaces de aportar suficiente «patada» al avión para pasar el fatídico Mach 1 era el motor cohete.
Así que en marzo de 1945 el fabricante recibió el encargo de construir tres prototipos de un avión experimental, denominado MS-653 por el Ejército, Model 44 por Bell pero finalmente designado como X-1 (XS-1) y con esa denominación pasó a la historia. En primer lugar el avión iba a despegar desde el suelo, pero posteriormente decidió lanzarse desde un avión en vuelo. Para propulsarlos se eligió la opción del fabricante Reaction Motors Incorporated, cuyo motor de combustible líquido fue el XLR.1 (Experimental Liquid Rocket). Alimentado por una mezcla de oxígeno líquido y alcohol etílico, el motor tenía cuatro cámaras de combustión donde la mezcla llegaba mediante nitrógeno y proporcionaba una potencia máxima de 2.720 kg de empuje encendiéndose a la vez (eso sí, durante cinco minutos, que era el tiempo que tardaba en agotarse los propelentes). En teoría ello sería más que suficiente para impulsar al pequeño pájaro y traspasar aquella mítica barrera. Faltaba saber quien se encargaría de hacerlo en el momento supremo. Y se eligió al personaje adecuado…
Charles Elwood Yeager (Hamlin,Virginia, 13 de febrero de 1923) había ganado sus alas en 1943, pilotando en la Octava Fuerza Aérea un P-51 Mustang y derribando 13 aeroplanos enemigos, incluyendo un modernísimo reactor Messerschmitt Me 262. Sin formación superior pero con ese talento que solo tienen algunos para llevar su montura al límite, se convirtió en piloto de pruebas tras el fin de la guerra y fue designado para pilotar el nuevo X-1 (entre 125 pilotos). Mientras, el avión inició sus primeros vuelos de prueba durante la primavera de 1947, alcanzando los objetivos marcados. El 6 de agosto de 1947, el entonces capitán Yeager se estrenó con el X-1, aumentando la velocidad del avión mucho más rápido de lo esperado en sucesivos vuelos. El 29 de aquel mes ya fue capaz de llevarlo a Mach 0.85 y el 12 de septiembre, llegó a Mach 0.92.
Solucionados algunos problemas de control, finalmente, el 14 de octubre de 1947 despegó de la Base Muroc a bordo del B-29 Superfortress lanzador. A las 10.26 y a 6.100 metros de altura, el Bell X-1 Glamorous Glennis (bautizado así en nombre de su mujer) y pintado de naranja brillante, se separó de su nodriza y Yeager encendió dos de las cuatro cámaras del motor cohete, ascendiendo hasta los 12.200 metros. Estabilizó el avión y activó las dos cámaras restantes, para acelerar al máximo. Y segundos más tarde, Yeager superó por primera vez la velocidad del sonido en la historia de la aviación, alcanzando Mach 1.06 (1.125 kilómetros por hora) manteniéndose en régimen supersónico durante veinte segundos. Como el mismo piloto contó:
la aguja del machmetro empezó a oscilar y luego salió decididamente de la escala graduada (marcada hasta Mach 1). Creía estar soñando. Volaba a una velocidad supersónica , ¡y era un vuelo tan liso y suave como el culito de un bebé!
Los secretos de aquella América de la recién iniciada Guerra Fría impidieron en un primer momento confirmar el hito a la opinión pública, manteniéndose en secreto hasta que el 15 de junio de 1948 el Pentágono lo confirmaba: Chuck Yeager era oficialmente el primer hombre que había volado más rápido que el sonido…
Definitivamente otro de los hombres del aire construido de una pasta especial. Hasta su retirada del servicio activo en 1975, acumuló 10.000 horas de vuelo con 180 aviones distintos y fue Instructor de astronautas y consejero técnico de la Edwards Air Force Base. No nos extraña que Tom Wolfe se inspirara en pilotos como él para su novela Madera de Héroes sabiendo que, para no ser sustituido, efectuara aquel histórico vuelo con dos costillas rotas por una caída desde un caballo la tarde anterior…
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- Origen: Bell Aircraft Corporation
- Planta motriz: Un motor cohete Reaction Motors XLR.11-RM-3, de 2.720 kg de empuje máximo.
- Dimensiones: Envergadura: 8.5 m. Longitud: 9,5 m. Altura: 3,3 m.
- Pesos: Vacío: 2.219 kg. Máximo cargado: 6.078 kg
- Prestaciones: Velocidad máxima: 2.736 km/h. Techo de servicio: 21.900 m.
- Tripulación: 1
Bibliografía consultada:
VV.AA (1992). Crónica de la aviación. Barcelona: Plaza & Janés.
Martínez Cabeza, J.A. (2007). Descubrir los motores de aviación. Madrid: AENA
Marck, B. (2007). Héroes de la aviación. Barcelona: Planeta