10 de enero de 1940. Soldados de un puesto fronterizo, situado cerca de la ciudad belga de Mechelen-sur-Meuse (Mechelen-aan-de-Maas en holandés), junto al río Mosa, acuden a inspeccionar un pequeño avión que al parecer ha caído en un campo próximo. Se trata de un Messerschmitt Bf 108 Taifun de enlace, del que han descendido dos militares alemanes y que, ante los sorprendidos ojos de un campesino que ha acudido a ayudarles, están procediendo desesperadamente a quemar unos documentos que parecen de contenido especialmente importante…
Así comienza el que se denominó como Incidente Mechelen y que, según algunos historiadores, fue un regalo desaprovechado del destino que, de haber sido bien empleado, pudo haber cambiado el curso de la Batalla de Francia y en consecuencia, el de los acontecimientos en el Frente Occidental.

Un Bf 108B en tareas de enlace con la Luftwaffe. Se pueden ver claramente las líneas genéticas aplicadas por Willy Messerschmitt en el posterior caza Bf 109 (http://www.luftarchiv.de).
El cielo, limpio y despejado al principio, se fue cubriendo amenazadoramente de nubes y el ágil Taifun volaba muy rápido, por lo que, sin la ayuda de referencias visuales, principalmente el curso del Rin, que atraviesa Colonia, Hoenmans se desorientó y perdió el rumbo. Tras varios angustiosos giros, el piloto divisó un río y descendió, pero en ese momento el motor se detuvo, sin combustible. El aterrizaje de emergencia fue muy brusco y destrozó la aeronave, pero los aviadores estaban ilesos. Mientras intentaban abrir la carlinga y salir del Taifun, oyeron hablar a los campesinos que habían acudido a ayudarles y fue cuando se dieron cuenta de que aquel río era el Mosa…y de que se encontraban en territorio belga. Reinberger corrió a la cabina a tomar su cartera y sacando los documentos que contiene, trató de quemarlos. Se trata, ni más ni menos, de los ultrasecretos planes alemanes para la ofensiva en el Oeste, cuyo inicio está previsto para siete días más tarde.

Adolf Hitler junto Walter von Brauchitsch, comandante en jefe del OKH (Alto Mando del Ejército). Ambos discutieron furiosamente debido a las posibilidades de éxito del Fall Gelb. A raíz del Incidente Mechelen, finalmente fueron modificados y cumplidos exitosamente (Deutsches Bundesarchiv).
La irrupción de soldados de fronteras impide que los asustados alemanes puedan cumplir con su cometido, siendo detenidos y enviados al cercano pueblo de Mechelen-sur-Meuse, mientras que los documentos son salvados y analizados por oficiales belgas en Bruselas, que, tras descartar que se tratase de un señuelo alemán para incitarlos a mover sus tropas primero, se dan cuenta de que se tratan de documentos genuinos. Los planes alemanes han sido descubiertos.
Mientras tanto, y apenas un día después, en la fortaleza de Vicennes, cerca de París, un diplomático belga entrega un extracto de todos los planes al general francés Gamelin. El hecho de no entregar la totalidad de la documentación impidió que tanto franceses como británicos dieran como totalmente fidedigna la información. Todavía no habían llegado los tiempos en que los aliados tuvieran una planificación común, y que, como amargamente comprobarían, era una de las formas más decisivas para afrontar la guerra contra un enemigo tan terrible como el Tercer Reich. Es cierto que se efectuaron trabajos de fortificación en las zonas previstas para la invasión alemana, que se enviaron más tropas a la frontera franco-belga, en el norte, y que se reforzaron en lo posible las fuerzas aéreas belgas. pero nada más se hizo para explotar aquel golpe de suerte que había caído del cielo. Francia desconfiaba de los británicos, Bélgica no aceptaba tropas francesas de refuerzo y todos se remitieron mensajes ambiguos o confusos. Aquella Guerra de Broma afectaba a los aliados hacia la indecisión y la ineptitud, justo en el peor momento posible.

Silueteado en el suelo, este original monumento rememora el lugar en que se estrelló el Taifun de Hoenmans y Reinberger (https://bocinsdelahistoria.files.wordpress.com).
Así que los planes quedaron sorprendentemente intactos. Los belgas, como los holandeses, siguieron tercamente manteniéndose neutrales, mientras franceses y británicos nunca fueron capaces de establecer una línea común de actuación. En el lado alemán, se reaccionó, a pesar del shock inicial, de otra manera. Como es lógico, la ofensiva decide cancelarse ya que, por otro lado, Hitler ya había reparado en la importancia estratégica de Noruega, cuya costa era fundamental para las rutas marítimas de aprovisionamiento de minerales y para servir de bases para sus buques de superficie y submarinos, constreñidos aún en el Báltico. Así que la Wehrmacht invadió en el norte (Operación Weserübung) a partir del 9 de abril los territorios noruegos y daneses (éstos últimos, cayeron tras escasas cuatro horas de resistencia) y los planes de invasión de Francia se vieron retrasados hasta el 10 de mayo.
- Origen: Messerschmitt AG.
- Planta motriz: Un motor lineal de 8 cilindros en V invertida Argus As 10C, refrigerado por aire, de 240 hp al despegue.
- Dimensiones: Envergadura: 10,62 m. Longitud: 8,29 m. Altura: 2,3 m.
- Pesos: Vacío: 880 kg. Máximo al despegue: 1.385 kg.
- Prestaciones: Velocidad máxima: 303 km/h. Velocidad de crucero: 265 km/h. Techo de servicio: 5.000 m. Alcance máximo: 1000 km.
- Pasajeros: 3.
- Tripulación: 1.
Bibliografía consultada:
De la Quadra Salcedo, R. & Martinez Pages, I. & Martin Oar, M. & Nason C. & Apezarena, J (1989). La II Guerra Mundial (2 vols.). Madrid: Prensa Española
Angelucci, E.; Matricardi, P. (1979). Aviones de todo el mundo. Tomo III: La Segunda Guerra Mundial (I parte). Madrid: Espasa-Calpe.
Caidin, M. (1977). Me 109, Un Caza Incomparable. Madrid: San Martín.
Jackson, R. (2015). Messerschmitt Bf 109 A-D Series. Oxford: Osprey Publishing.
Shepperd, A. (2007). Francia, mayo de 1940, Hitler en París. Barcelona: RBA.
Wernnick, R. (2008). La Guerra Relámpago. Barcelona: Ediciones Folio.
Pero los franceses, pensaron que era un ardid alemán, se lo callaron de momento y no reaccionaron.